Se trata de leer el poema de TS Eliot al revés, créetelo. El impacto de la inteligencia artificial (IA) generativa es tal, y en tantos órdenes, que para diferenciarse en el mercado las empresas se han lanzado a la carrera de convertirlo todo en datos. Todo. Incluida la experiencia y el conocimiento que han logrado acumular sus equipos. “¿Dónde está la información que hemos perdido con el conocimiento?», se preguntan ahora los responsables de entrenar la IA en las empresas. TS Eliot en sentido contrario. Así es.
En el Brand Licensing Europe 2025 celebrado en Londres, Ruth Henriquez, de Mattel, habló de la larga trayectoria de su compañía en la creación de lo que llama “un momento cultural”. Ahora toca la ambiciosa reinvención de la serie de los años 80 Masters of the Universe. Junto a ella en el escenario, Greg Coleman, de Amazon Studios, relata License Global.
Explican que la asociación entre ambas se extiende más allá del cine y abarca las licencias y el desarrollo de franquicias, “juguetes, moda, publicaciones…”, el éxito masivo de Barbie funciona ya como manual de instrucciones. Por supuesto, aprovecharán la pujante tendencia de la «nostalgia» y la combinarán con la cultura infantil, la posibilidad de consumo multigeneracional y el resurgimiento de los coleccionables.
“Ambos tenemos superpoderes que aportar”, apunta Henriquez. “Con Amazon, contamos con una red de negocios que poseemos y operamos, y usaremos esa plataforma. Prepárense, lo verán en todas partes”, añade Coleman. La espada digital, desenvainada.
Converso con Joe Wilson, chief evangelist del neobanco neerlandés bunq, el segundo mayor de Europa. La situación actual difiere de la que se vivía durante el estallido del fenómeno fintech. Hoy, los tipos de interés son también bajos, como entonces, pero los precios de la vivienda se han disparado. “La banca tradicional suele gestionar mejor el riesgo”, le digo. En España, por ejemplo, desde 2020 el número de hipotecas concedidas por bancos tradicionales multiplica por diez, año tras año, al de otras entidades, incluidos los neobancos.
Pese a las aparentes evidencias, Joe Wilson cree que la batalla está abierta. Es clave ver quién aprovecha mejor este “momento cultural” en el sector financiero, siguiendo la estela de Mattel y Amazon. La banca sacará ventaja de su conocimiento sólo si sabe leer los versos de TS Eliot al revés y extraer información de ese conocimiento que atesora. Aunque suene paradójico, si lo hacen, la IA podría ayudar a esos bancos tradicionales, que han incorporado herramientas digitales y dominan el big data, a competir mejor con los neobancos en el terreno de la experiencia del cliente.
Pero si no lo hacen, el sorpasso puede adoptar muchas formas. “Ningún banco tradicional puede igualar nuestro nivel de innovación y velocidad”, apunta el directivo de bunq. “Les costará ponerse al día, pero todos tienen dinero y son inteligentes. ¿Quién sabe qué pasará? Ahora mismo tenemos la ventaja y nuestro trabajo es aprovecharla, vamos por buen camino, seguimos estando en cabeza”.
Describe a su entidad como “una empresa tecnológica que actúa como un banco”, y no al revés. ¿Podemos concebir una empresa tecnológica que actúa como una industria del automóvil? Lo vimos con AWS, en nuestra conversación con su director global de industria y automóvil, Ozgur Tohumcu.
Además, el campo de batalla con la banca se ha ampliado. “Nuestros usuarios nos piden que abramos más oportunidades en el mundo de las criptomonedas”, añade Joe Wilson. “Si repasamos la historia de todas las monedas, vemos que pasan por altibajos antes de estabilizarse. Las criptomonedas son hoy más estables que antes y están más reguladas, sobre todo a nivel de la UE. Nuestros usuarios quieren oportunidades, una forma fácil y de bajo riesgo de invertir. Por eso, tenemos servicios como el staking flexible. Somos quizás el único banco del mundo que lo ofrece”.
Si hay un espacio en el que transformar el conocimiento en información se ha convertido en arte es el de las licencias de marcas. Y no sólo por las recientes alianzas del Museo Van Gogh con The LEGO Group para crear un set basado en el cuadro de los Girasoles y con BAPE para lanzar una línea de ropa urbana; o los acuerdos del Museo de Historia Natural británico con la empresa de diseño de atracciones temáticas Katapult y con The Puppet Company, con la que ha diseñado una gama de peluches de dinosaurios (con el visto bueno, eso sí, de los paleontólogos).
Hay mucho más, y cada vez más, porque la era digital impulsada por el nuevo ciclo de la IA obliga a repensarlo todo. El equipo de fútbol británico Arsenal ha presentado una gama de joyería única con Brilianto, empresa barcelonesa especializada en diamantes cultivados en laboratorio que ya trabaja con varios clubes, entre ellos Real Madrid y FC Barcelona. La novedad es que los diamantes se producirán a partir de carbono extraído directamente del campo del Emirates Stadium.
Vince Klaseus, presidente de Universal Products & Experiences, afirmó en Brand Licensing Europe que su compañía ha perfeccionado el arte de convertir grandes historias en fenómenos culturales para tiendas, parques temáticos y TikTok. Lo logra haciendo sonar lo que llama la «sinfonía»: un ecosistema que aprovecha todos sus puntos de contacto para dar servicio a una propiedad intelectual. Su equipo “tiene acceso anticipado a los guiones «, dice.
H&M Beauty ha anunciado una nueva colaboración con Chupa Chups para llevar los sabores de las piruletas a una mascarilla labial que actúa durante la noche y un nuevo brillo labial. Y qué decir de Hatsune Miku el avatar de diva que combina en el escenario de festivales música, tecnología y arte visual. Acumula más de 500.000 vídeos subidos y más de 100 álbumes en Spotify y la compañía Crypton se encarga de gestionar su programa de licencias. Su última película ha obtenido una puntuación del 96% en el Medidor de Palomitas de Rotten Tomatoes. Si TS Eliot levantara la cabeza.
