Amazon ha regresado al mercado de renta fija con una emisión gigantesca de 15.000 millones de dólares, un movimiento que subraya la presión financiera que afrontan las grandes tecnológicas para sostener sus inversiones en inteligencia artificial. En la operación una de las mayores del año en Estados Unidos, han participado BBVA y Santander como co-gestores, integrándose en un sindicato formado por 25 entidades.
La operación, estructurada en seis tramos con vencimientos que abarcan desde 2028 hasta 2065, ofrece cupones anuales que oscilan entre el 3,90% y el 5,55%. La respuesta del mercado ha sido contundente: según datos recopilados por Bloomberg, la demanda ha ascendido a 80.000 millones de dólares, multiplicando por más de cinco la oferta disponible. Un apetito inversor que contrasta con la inquietud que generan las valoraciones del sector, en un momento en el que algunos gestores advierten del riesgo de burbuja alrededor de la IA.
Amazon no acudía a los mercados desde 2022, aunque cuenta con una sólida capacidad de generación de caja. Aun así, la magnitud de las inversiones necesarias para expandir su infraestructura tecnológica la ha empujado a reforzarse con deuda, una tendencia que comparten otros gigantes del sector. En los últimos meses, compañías como Meta, Oracle y Alphabet también han lanzado emisiones de gran tamaño para financiar su propia carrera en inteligencia artificial.
Barclays calcula que, si se mantiene este ritmo y los mercados continúan abiertos para las tecnológicas, la inversión agregada del sector podría elevarse hasta 3 billones de dólares en los próximos cinco años.
La colocación ha estado liderada por Goldman Sachs, JPMorgan y Morgan Stanley, mientras que BBVA y Santander se han sumado como bancos co-gestores. Ambos forman también parte de una línea de crédito de 5.000 millones de dólares que Amazon renovó el pasado octubre y que vence a 365 días. A cierre de septiembre, la compañía acumulaba más de 50.000 millones de deuda.
Para Santander, la operación supone añadir otro gran nombre tecnológico a su lista reciente de emisiones, tras participar en las colocaciones de Oracle y Alphabet. BBVA, por su parte, continúa reforzando su presencia en el ecosistema de financiación ligado a la inteligencia artificial; en julio participó en un préstamo sindicado de 2.600 millones a CoreWeave, especializada en computación acelerada.
El endeudamiento creciente no está pasando inadvertido en los mercados. En compañías como Oracle, el aumento del coste financiero ha empezado a pesar en la cotización, reflejando la preocupación de algunos inversores por el ritmo al que crece la factura de la IA.
