En los primeros meses de vida de la App Store, cuando todavía reinaba la experimentación y el ecosistema de desarrolladores empezaba a tomar forma –por hacer una idea, estaba a la venta el iPhone 3G–, , apareció una aplicación que se convertiría en uno de los episodios más insólitos de la historia las tiendas de aplicaciones: “I Am Rich”, una app de 999,99 dólares cuyo único propósito era mostrar un brillo rojo animado en la pantalla del iPhone. Nada más.
Lanzada en agosto de 2008 por el desarrollador Armin Heinrich, “I Am Rich” no ofrecía funciones, utilidades ni entretenimiento. Tampoco prometía estatus real. Era, más bien, una provocación digital: un producto diseñado para demostrar que, en aquella App Store inicial, aún era posible vender casi cualquier cosa si el concepto era lo suficientemente llamativo –o polémico–.
La aplicación permaneció a la venta durante un día. Ocho personas llegaron a comprarla antes de que Apple la retirara abruptamente, un movimiento que la compañía nunca explicó de forma pública pero que marcó un giro en su política de revisión. A partir de entonces, el filtrado de apps superfluas, abusivas o deliberadamente vacías se endureció de manera notable.
Con el paso del tiempo, “I Am Rich” ha sido recordada como un símbolo de los primeros años de la economía de las aplicaciones. Representa una etapa de exploración en la que desarrolladores y usuarios experimentaban con un ecosistema todavía en formación, capaz de albergar propuestas tan inesperadas como esta. En aquel momento, la App Store crecía a un ritmo vertiginoso y el sector definía sus normas sobre la marcha.
Su historia, además, no se quedó en un experimento teórico: hubo quienes realmente la compraron, atraídos por la provocación, la rareza o el simple deseo de poseer algo que casi nadie tendría. Ocho descargas bastaron para convertirla en un fenómeno inolvidable.
Hoy, aún es recordada como aquella curiosa app que no hacía nada, que costaba tanto como un iPhone y que capturó, como pocas, el espíritu pionero –y a veces excéntrico– de los primeros tiempos del mercado de las aplicaciones.
