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Blue Origin, de Jeff Bezos, logra su primer lanzamiento interplanetario y deja atrás a Musk en su terreno favorito

SpaceX lleva años liderando la reutilización de lanzadores y ha convertido los aterrizajes de sus Falcon 9 en rutina. Pero Blue Origin necesitaba demostrar que podía seguir ese ritmo si aspiraba a disputar los contratos comerciales y científicos más competitivos.

Por primera vez en la historia de la compañía, Blue Origin ha enviado una misión rumbo a Marte, adelantándose a SpaceX en el objetivo que durante años ha dominado la narrativa pública de Elon Musk. El despegue del cohete New Glenn, este jueves desde Cabo Cañaveral, marca un giro inesperado en la carrera espacial privada: Jeff Bezos, hasta ahora centrado en el turismo espacial, acaba de ingresar en la liga de las misiones científicas de largo alcance.

Un lanzamiento histórico para Blue Origin

A las 15:55 hora local (21:55 en España), el gigantesco New Glenn, un vehículo de 98 metros de altura, impulsó hacia el espacio las dos sondas gemelas de la misión ESCAPADE, diseñadas por la NASA para estudiar la atmósfera marciana. Solo 33 minutos después del despegue, ambas naves quedaron correctamente situadas en órbita terrestre, iniciando una larga travesía que culminará en Marte dentro de dos años.

El trayecto hasta el lanzamiento no ha sido sencillo: dos intentos tuvieron que cancelarse esta misma semana debido a condiciones meteorológicas adversas, tanto en la atmósfera como en el propio espacio, tras una inusual tormenta solar que llegó a iluminar el cielo nocturno europeo con auroras boreales. Sin embargo, el tercer intento confirmó lo que la NASA y Blue Origin esperaban desde hacía tiempo: que New Glenn ya es capaz de asumir misiones de alto nivel científico.

Un golpe simbólico para SpaceX

El hito adquiere una dimensión especial por la larga rivalidad entre Bezos y Musk. Aunque SpaceX domina con claridad el mercado de lanzamientos comerciales y cuenta con la flota más activa del mundo, ningún cohete de Musk había enviado aún una misión hacia Marte, un destino que él mismo ha convertido en el eje de su proyecto empresarial y personal.

Mientras Starship continúa acumulando pruebas y rediseños sin lograr aún una entrada estable en órbita, el cohete de Bezos se ha convertido en el primero de la nueva generación privada que consigue participar en una misión interplanetaria operativa.

Otro logro destacado fue la recuperación controlada del propulsor principal, que aterrizó con éxito sobre la plataforma marítima Jacklyn. Para Blue Origin, la maniobra supone el primer éxito real en reutilización del New Glenn, tras un intento fallido durante su vuelo inaugural.

SpaceX lleva años liderando la reutilización de lanzadores y ha convertido los aterrizajes de sus Falcon 9 en rutina. Pero Blue Origin necesitaba demostrar que podía seguir ese ritmo si aspiraba a disputar los contratos comerciales y científicos más competitivos. La misión NG-2 ha sido su carta de presentación.

Un viaje a Marte con rodeos obligados

Pese al éxito del lanzamiento, el camino de las sondas ESCAPADE no será directo. Debido a los retrasos acumulados en el desarrollo del New Glenn, que impidieron aprovechar la ventana de lanzamiento de 2024, las naves pasarán un año trazando una órbita alargada alrededor de la Tierra. No apuntarán a Marte hasta noviembre de 2026, cuando ambos planetas vuelvan a alinearse favorablemente.

La llegada está prevista para septiembre de 2027, casi tres años después del lanzamiento. Aunque es un itinerario inusualmente largo, la NASA asegura que este plan garantiza la seguridad de una misión que estuvo en riesgo de cancelación.

En Seattle celebran… y apuntan a la Luna

En el centro de operaciones de Blue Origin, el ambiente era de euforia contenida. No solo han logrado su primer despegue científico, sino que han demostrado que New Glenn puede funcionar como plataforma robusta para futuras misiones de carga profunda.

El siguiente gran objetivo ya está en marcha: el tercer vuelo del cohete, previsto para enero de 2026, buscará posar por primera vez un módulo Blue Moon sobre la superficie lunar, un logro que tampoco SpaceX ha conseguido todavía con Starship.

Bezos y la NASA trabajan además en una segunda versión del módulo que podría llevar astronautas a la Luna a partir de 2030, en el marco de los programas Artemis.

El triunfo de Blue Origin no cambia la hegemonía actual de SpaceX, pero sí altera la percepción de una competencia que muchos daban por sentenciada. Musk continúa liderando con su impresionante ritmo de lanzamientos y su ambicioso desarrollo de Starship, pero Bezos ha demostrado que puede presentarle batalla en el terreno donde más le duele: las misiones científicas hacia otros mundos.

La carrera espacial privada ya no tiene un único favorito. Desde hoy, Marte también lleva el sello de Jeff Bezos.

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