Un departamento joven pero ya con los bolsillos llenos, ICE significa Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y, desde hace algunos meses, ha dado mucho de qué hablar, no solo por los arrestos relacionados con la inmigración, sino también por las elevadas partidas presupuestarias asignadas por Donald Trump para consentir a su agencia federal “favorita”.
La misión principal del ICE es salvaguardar la seguridad nacional y pública mediante la aplicación de las leyes federales que regulan el control fronterizo, las aduanas, el comercio y la inmigración. Actualmente, el ICE cuenta con más de 20.000 agentes del orden y personal de apoyo distribuidos en más de 400 oficinas dentro de Estados Unidos y en todo el mundo. La agencia dispone de un presupuesto anual de aproximadamente 8 mil millones de dólares.
El ICE no solo busca actuar contra la inmigración ilegal dentro de los Estados Unidos, sino también prevenir posibles células terroristas que podrían operar en el país. En Estados Unidos, el ICE infunde miedo a casi todos: a quienes han ingresado recientemente con un visado regular, obviamente a quienes no lo tienen o han entrado ilegalmente, a quienes poseen estatus de refugiado y a un gran número de latinoamericanos con visados temporales.
Los Estados Unidos de América, un país que siempre ha basado su fuerza en la inmigración, desde junio de 2025 persigue a cualquiera que pueda tener un documento “no completamente estadounidense”.
En internet circulan cientos de videos grabados en Estados Unidos en los que personas preocupadas, jóvenes, extranjeros, expresan su angustia y temor ante la posibilidad de ser arrestadas por un agente del ICE.
Las denuncias de la sociedad civil son innumerables: se alza la voz contra la violación de los derechos humanos, y los videos que circulan muestran casi siempre las mismas escenas: cuatro o cinco agentes que, de repente, sujetan a una persona en el aparcamiento de un restaurante, mientras camina por la calle o al salir de un supermercado. La agarran con fuerza: son agentes del ICE. Trump suele agradecerles públicamente, aunque otros videos denuncian las duras represalias.
Hace pocos días causó gran polémica un video en el que se ve a un hombre, dentro de su automóvil, sufrir una crisis convulsiva después de que un agente del ICE supuestamente lo tomara por el cuello a través de la ventanilla.
Por cada detención, un billete
El objetivo de la ICE es alcanzar un mínimo de 3.000 arrestos diarios.
Al alcanzar esta cifra, cada equipo recibe un bono o incentivo, cuyo detalle exacto aún no ha sido revelado. Para atraer y retener nuevo personal, la agencia ha implementado importantes incentivos económicos, que incluyen hasta 50.000 dólares como bono de ingreso, 60.000 dólares en condonación o reembolso de deuda estudiantil, y un bono anual adicional de 10.000 dólares.
Para los agentes noveles, como los llamados “Deportation Officers”, los anuncios oficiales de empleo muestran un rango salarial base que va de aproximadamente 49.739 a 89.528 dólares anuales, dependiendo de la experiencia previa, la ubicación y el nivel de responsabilidad del puesto.
Este salario inicial, aunque competitivo, no refleja los ingresos totales potenciales, ya que no incluye complementos como pagos por localidad, horas extraordinarias, turnos nocturnos ni otros incentivos que la agencia pueda ofrecer.
Un análisis más amplio sobre los roles de aplicación de la ley en ICE indica que, al sumar salario base, ajustes por localidad y horas extras, la remuneración anual promedio se ubica entre 90.000 y 113.000 dólares. Esto evidencia que, aunque el salario base pueda parecer moderado, el paquete total de compensación para un agente de ICE puede superar ampliamente las cifras iniciales, convirtiéndose en una oferta atractiva frente a otras posiciones federales o estatales similares, especialmente cuando se combinan con los programas de bonificación y condonación de deuda estudiantil ofrecidos por la agencia.
Los agentes sometidos a horas extra y a incentivos basados en la cantidad de arrestos que realiza un equipo de ICE han sido frecuentemente llamados a rendir cuentas por abusos, incluyendo casos en los que las personas arrestadas tenían pleno derecho a residir legalmente en Estados Unidos.
En los últimos meses, la agencia de inmigración también ha ampliado su red de centros de detención para migrantes. A lo largo del país, la agencia ha reconvertido cárceles privadas y, además, ha abierto nuevos y polémicos centros, como el ya famoso Alligator Alcatraz, en medio de los pantanos de los Everglades en Florida, o Camp East Montana, construido en la base militar de Fort Bliss, en Texas.
Lo que resulta evidente es que Trump está consolidando un departamento que, en comparación con otros, goza actualmente de mayor notoriedad y de un presupuesto más elevado. Al mismo tiempo, las críticas de la sociedad civil han elevado la vigilancia sobre los casos de abuso. Alcanzar la meta de 3.000 arrestos diarios ya no parece responder a una emergencia colectiva, sino que da la impresión de que los intereses del mundo de los negocios se han infiltrado en la maquinaria democrática del país.
