Mucho hablamos de Margot Robbie o Emma Stone -dos pedazo de actrices que acaparan éxitos en taquilla y galardones-, pero en la intemperie cinematográfica existen muchas otras maestras de la interpretación que van sirviendo personajes que pasan a la historia. De manera silenciosa pero constante, la actriz Mia Goth (Londres, Inglaterra, 32 años) se va a convertir en uno de los rostros con los que más te vas a topar en el top de la cartelera en los próximos años, porque su dulce mirada será la que de vida a los personajes de cuatro de las películas más esperadas y aclamadas: Frankenstein de Guillermo del Toro, La Odisea de Christopher Nolan, Star Wars: Starfighter y Blade .
Los cinéfilos la conocen, ¿pero el resto? Puede que su papel como una aspirante a actriz lunática con inspiraciones asesinas en Pearl, te haga sonar alguna campana. Si no es así, puede que lo haga la adaptación de 2020 de la novela Emma (2020), en la que interpreta a la ingenua y enamoradiza mejor amiga de Anya Taylor-Joy. Podríamos seguir así muchos párrafos más, pero es mejor ir directos al grano.
Goth lleva expuesta a simple vista durante ya más de una década, solo que no te has fijado lo suficiente. Se trata de una actriz británico-brasileña conocida por tener magnetismo inquietante y una habilidad para explorar los límites emocionales de sus personajes. Debutó en Nymphomaniac: Vol. II (2013) de Lars von Trier, dando inicio a una filmografía marcada por la intensidad. Después participó en The Survivalist (2015) y en A Cure for Wellness (2016) de Gore Verbinski, donde consolidó su presencia en el género de terror psicológico. Un año más tarde interpretó a Jane Marrowbone en El secreto de Marrowbone (2017) de Sergio G. Sánchez, un relato gótico de mucho suspense.
Más tarde, en 2018 brilló en Suspiria, dirigida por Luca Guadagnino, interpretando a una de las jóvenes bailarinas atrapadas en la siniestra academia de danza. Sin embargo, su gran consagración llegó con la trilogía de Ti West –X (2022), Pearl (2022) y MaXXXine (2024)– donde combinó fragilidad y locura en una actuación que la consagró como una de las reinas del horror contemporáneo, cuyas mejores amigas son dos trenzas y un hacha. Recientemente, destacó en Infinity Pool (2023) de Brandon Cronenberg, con una interpretación salvajemente carismática y próximamente debutará en el universo Marvel como Lilith en Blade, aparecerá en La Odisea de Christopher Nolan y dará vida a la villana de Star Wars: Starfighter (2027).
Gracias a toda esta divergente carrera cinematográfica, Goth, quien está casada con Shia LaBeouf actor de Disturbia y de la saga Transformers con la que comparte una hija, acumula un patrimonio de al menos dos millones de dólares. Unos números que seguramente se vean multiplicados tras ver los resultados de sus próximas películas.
La criatura más humana de Frankenstein

Todos sus papeles tienen una cosa en común: un cargado misticismo femenino. En sus manerismos reside la ingenuidad, vulnerabilidad y humanidad que muchas veces falta en los mayores blockbusters o títulos de moda. Y de eso se ha dado cuenta el director Guillermo del Toro y por esa razón, la ha elegido como el verdadero enigma ético y visual de su adorada Frankenstein -ya disponible en Netflix donde se encuentra en el top 1 de películas más vistas.
En ella, Goth da vida a tanto a la madre de Victor Frankenstein (Oscar Isaac) y a Elizabeth Lavenza la colorida y mística prometida de su hermano, William Frankenstein (Felix Kammerer). Esta segunda es el verdadero corazón latente del filme, aparte de la criatura, interpretada por un irreconocible y conmovedor Jacob Elordi, quien esperamos que se lleve a casa alguna nominación por esta pedazo de actuación. Su figura es la que viste la parte humana y el alma que rebosa emociones y comprensión. A partir de unos colores casi divinizados -azul, verde, rojo y blanco-, Elizabeth narra cómo Mary Shelley -la escritora de la novela gótica- contó al mundo la verdadera experiencia en la que consiste ser una mujer en un mundo de hombres: ser una criatura que busca ser escuchada y humanizada, no solamente idealizada.
Su personaje conecta de esa grandiosa manera con la criatura de Elordi porque es su propio reflejo -solo que mide dos metros, su color es azul y tiene miembros corporales de muchas personas distintas-. Apenas sin compartir palabras, ambas figuras representan la eterna disonancia del mundo creativo de Guillermo del Toro, en el que siempre, la mujer mira a los ojos a la bestia, encontrando nada más que comprensión. Un acto que Mia Goth comparte con el público de la manera más dulce, eléctrica y emocionante posible.
