Hace un año, H FYR Legal hablaba de su paso diferencial “de proveedor a partner”. Hoy, esa idea ha madurado. Ya no se trata solo de acompañar y guiar a las asesorías jurídicas en su propia evolución, sino de diseñar junto a ellas una nueva arquitectura de trabajo. En un sector que vive entre la presión regulatoria y la disrupción tecnológica, la firma se posiciona como un actor de cambio que entiende la transformación no como una meta, sino como un sistema vivo.
Desde sus inicios, hace 30 años, FYR Legal siempre ha basado la relación con sus clientes es un modelo de confianza para ejercer como verdaderos aliados estratégicos. En el último año, la firma ha evolucionado para dar forma a un nuevo modelo sistémico que conecta procesos, tecnología, cultura y gestión del conocimiento con el fin de crear soluciones integradas adaptadas a la realidad de cada cliente. Lo que antes era una suma de iniciativas ahora funciona como un sistema que da sentido y aporta valor real al día a día.
El contexto les da la razón. La función legal corporativa, así como los despachos de abogados se enfrentan al doble desafío de anticipar una cascada normativa sin precedentes y absorber la velocidad de la irrupción de la inteligencia artificial generativa, que redefine no solo tareas, sino la estructura misma del trabajo. En este cambio constante, FYR Legal ha encontrado su ventaja competitiva en la coherencia. “No se trata de añadir herramientas, sino de darles sentido”, resumen Teresa Forcada y David Rodríguez, CEOs de FYR Legal.
Dentro de ese horizonte tecnológico, la IA agéntica ocupa ya un papel protagonista. Desde FYR Legal la definen como la nueva frontera de la automatización, sistemas capaces de aprender de su entorno, interactuar entre sí y tomar decisiones dentro de un marco controlado. Su potencial es enorme, especialmente en la gestión del conocimiento jurídico y en la ejecución de procesos repetitivos o de alto volumen. Lo más relevante, subrayan, no es su capacidad técnica, sino su impacto organizativo, ya que obliga a repensar cómo se estructura el trabajo, cómo se gestionan los flujos de información y cómo se aporta valor. “Lo interesante es que no sustituye al abogado, lo amplifica”, explican sus responsables. En FYR Legal ya están aplicando esta tecnología en proyectos concretos con asesorías jurídicas, midiendo el retorno real en eficiencia, fiabilidad y aprendizaje.
Queremos estar ahí no como observadores, sino como arquitectos de una función legal más integrada, estratégica y sostenible
Esa visión se traduce en una forma distinta de trabajar más colaborativa, transversal y conectada. FYR Legal defiende que el verdadero valor no reside en la suma de expertos, sino en la manera de integrarlos. Lo relevante ya no es quién sabe más, sino quién conecta mejor las piezas. La firma ha convertido la colaboración en su activo más sólido, tendiendo puentes entre la capa estratégica, que anticipa riesgos y alinea la función legal con los objetivos del negocio, y la operativa, la que convierte esa visión en procesos y resultados tangibles. Cuando ambas dimensiones se retroalimentan, la asesoría jurídica pasa de ser un área de soporte a convertirse en un motor de transformación.
Ese enfoque ha cristalizado en lo que llaman su modelo sistémico: una arquitectura interna que estructura la información, la excelencia, la evolución, la conexión y la comunicación como las cinco grandes piezas del tablero. La información garantiza que los datos con los que trabajan sean fiables y útiles; la excelencia convierte la experiencia en conocimiento compartido; la evolución impulsa procesos eficientes apoyados en tecnología; la conexión refuerza las relaciones con los clientes; y la comunicación alinea lo que hacen con lo que cuentan. Todo forma parte de un mismo diseño, concebido para avanzar de forma coherente y medible.
Este modelo se complementa con la actitud, elemento primordial en cualquier proceso de innovación. “Sin estructura la tecnología no escala; sin talento, no avanza”, explican Teresa Forcada y David Rodríguez. Por eso, la firma apuesta por perfiles híbridos que combinan visión jurídica con capacidad de diseño y ejecución. Pro – fesionales capaces de moverse entre el análisis normativo y la estrategia de negocio, entre el conocimiento tec – nológico y la habilidad de empatizar.
El talento bebe de una cultura sólida que esté abierta al cambio. Las generaciones de jóvenes abogados llegan con nuevas expectativas: propósito, autonomía y aprendizaje continuo. FYR Legal ha creado un entorno donde esas demandas conviven con la exigencia. “Ofrecemos propósito, pero también pedimos compromiso”, explican sus responsables. Ese pacto, lejos de ser un obstáculo, es el motor que les permite atraer talento diverso con ganas de imaginar y crear aquello que está todavía por venir dentro la función legal.
A medida que el sector jurídico avanza hacia una transformación profunda, la propuesta de FYR Legal es casi de brújula. La función de las asesorías jurídicas y de los propios despachos, afirman, está en un punto de inflexión, en el que han dejado de cumplir un papel reactivo para convertirse en estrategas. Su destino no es solo proteger, sino impulsar; no solo acompañar, sino transformar. “Queremos estar ahí no como observadores, sino como arquitectos de una función legal más integrada, estratégica y sostenible, diseñando lo nuevo junto a quienes están decididos a hacerlo posible”, concluyen.
