Sé positivo
Si la negatividad te invade y solamente piensas en que no encontrarás trabajo y, por ende, no podrás costear nada de lo que necesitas y/o quieres, es muy complicado trazar un plan en condiciones.
Céntrate
Puede que quieras hacer mil cosas con tu dinero, es normal, todos tenemos sueños y necesidades, pero no pierdas de vista lo importante. Céntrate en aquello que más te urja y ve a por ello con decisión.
Sé específico con los objetivos
¿Qué quieres financiar/liquidar/ahorrar? Cuanto más claro lo tengas, más fácil será para ti gestionar tu dinero. Has de ser claro a la hora de establecer unos objetivos para poder elegir las pautas a seguir más adecuadas para lograrlos.
Cuantifica tus metas
Tienes el propósito, la idea, la meta, pero, ¿sabes lo que te va a costar? Ponle precio a todas esas cosas que quieres hacer. Cuanto antes manejes un presupuesto, antes podrás organizarte. Piensa en números.
Sé realista
No hagas presupuestos demasiado ajustados, cuenta con los inconvenientes que, desgraciadamente, siempre están ahí, no te dejes llevar por las gangas, deja un margen, un colchón de emergencia… Toda precaución es poca. Mejor prevenir que curar.
Marca prioridades
No quieras abarcar todo porque es posible que no puedas con ello. No te dejes llevar por un buen momento ahogándote con créditos y plazos de pago. Establece prioridades y ve poco a poco, que no te coman los recibos.
Establece plazos
Además de ponerte unos objetivos y establecer ciertas prioridades, marca unos plazos determinados. Saber con qué tiempos cuentas o de qué tiempo dispones para ahorrar/pagar algo te ayudará a organizarte mejor y no llevarte sorpresas.