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El cielo de los datos

Europa busca afianzar su independencia tecnológica en un contexto geopolítico incierto. Así es cómo la nube soberana puede impulsar su autonomía.

Fotografía Xavier Torres-Bacchetta

Por momentos, Europa parece debatirse entre la prudencia y la audacia. En un mundo que gira al ritmo de la inteligencia artificial, la geopolítica y los datos, el Viejo Continente busca no quedar atrapado entre potencias tecnológicas que dictan las reglas desde otros hemisferios. En ese escenario, la soberanía digital se erige como un concepto que trasciende lo técnico: es una cuestión de autonomía, de identidad y de futuro.

“Todos los estados miembros tienen que responder a una combinación de factores jurídicos, económicos, tecnológicos y geopolíticos que afectan directamente a su competitividad”, explica Osmar Polo, CEO de T-Systems Iberia. “En este contexto, una nube soberana europea ofrece una base sólida para el crecimiento y la innovación. La soberanía digital es clave para que las empresas europeas puedan ser competitivas sin perder seguridad”.

Ese principio, añade, es el que ha llevado a la compañía a “englobar todas nuestras soluciones de Cloud (privado, público e híbrido) dentro de un mismo “techo” y presentar recientemente T-Cloud, una unidad en la que “Deutsche Telekom y T-Systems unimos fuerzas y experiencia para garantizar a nuestros clientes un enfoque multicloud, desde un único proveedor, y con el grado de funcionalidad y soberanía más alto”, añade el directivo.

La construcción de esa soberanía no está exenta de desafíos. Polo señala que “uno de los grandes desafíos es acompasar la velocidad de la innovación y la evolución regulatoria con la inversión en tecnología”. Normas como el GDPR, el Data Act o el AI Act “son necesarias, pero a su vez exigen a las empresas tecnológicas adaptar infraestructuras de forma ágil, con un coste significativo, y a nuestros clientes a invertir en actualizaciones para cumplir con ellas”.

El directivo subraya que, con T-Cloud, “garantizamos el cumplimiento de las normas europeas y locales de cada país”, lo que permite avanzar hacia un modelo más homogéneo de cumplimiento normativo en el continente. La idea de que la soberanía digital fortalece la competitividad no es una abstracción. “Las nubes soberanas son especialmente interesantes para los sectores que manejan información confidencial o que están sujetos a regulaciones estrictas, en los que es necesario garantizar el control total de los datos, la interoperabilidad y el funcionamiento independiente en Europa”, explica Polo.

En sus palabras, los beneficios se extienden a distintas industrias: “En el sector financiero el cloud soberano genera más confianza al proteger la información de los clientes y las transacciones. El sanitario se beneficia del almacenamiento de la información de los pacientes en conformidad con la protección de datos y promueve los servicios de salud digitales. Mientras que las administraciones públicas pueden gestionar de forma segura los datos de los ciudadanos y cumplir con los requisitos legales”.

“Cualquier industria puede garantizar la soberanía de sus datos mientras aprovecha las ventajas del cloud”

El proyecto europeo, para alcanzar una infraestructura tecnológica propia se apoya en la cooperación y las alianzas. “Está claro que Europa ya ha reconocido la oportunidad de forjar su futuro digital para defender su modelo de economía digital, que destaca por poner al ciudadano en el centro”, afirma el ejecutivo.

T-Systems, dice, considera fundamentales las iniciativas conjuntas: “Iniciativas como Gaia-X, de la que somos fundadores, 8ra o EuroStack son imprescindibles para crear una infraestructura de nube europea soberana que promueva el avance tecnológico. Y T-Systems continuará siendo un impulsor de estos proyectos, porque creemos en el desarrollo digital europeo como factor de crecimiento económico y social”.

Para Polo, la soberanía digital es también una cuestión de seguridad y resiliencia. “Cualquier sector o industria puede garantizar la soberanía de sus datos al tiempo que aprovechan todas las ventajas del cloud, como la flexibilidad, la escalabilidad y la transparencia de costes”, afirma.

“Es posible también desplegar una infraestructura flexible como servicio (IaaS) o servicios avanzados de IA”. Y concreta: “Con T-Cloud, reunimos las competencias en cloud de todo Deutsche Telekom con la mejor red de telecomunicaciones, lo que se traduce en máxima seguridad y disponibilidad para nuestros clientes”.

El debate sobre la soberanía digital se ha convertido en uno de los ejes del presente europeo. No se trata solo de una estrategia tecnológica, sino de una forma de reafirmar la independencia de un continente que no quiere quedar subordinado a las lógicas de otros modelos digitales.

En esa búsqueda, la voz de Osmar Polo resuena como un recordatorio de que la innovación, la regulación y la seguridad no son fuerzas opuestas, sino partes de un mismo propósito. Europa, sugiere su reflexión, no compite por la velocidad, sino por el control consciente de su propio destino digital: construir un espacio donde los datos, la tecnología y la confianza hablen un idioma común bajo un mismo cielo europeo.

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