Pero, ¿qué índices se tienen en cuenta para valorar lo fácil o difícil que resulta poner en marcha una empresa en cada lugar? El organismo internacional ha tenido en cuenta variables como el número de procedimientos y los días que se invierten hasta lograr la apertura, así como el coste administrativo o el capital mínimo desembolsado, expresados en un porcentaje del ingreso per cápita de cada país.
Lo que trata de determinar este informe, mediante una metodología propia, es qué países son más business-friendly y cuáles cuentan con una mejor regulación a la hora de crear riqueza y empleo.
La primera posición del ranking la ocupa, un año más, Singapur, seguida de Nueva Zelanda, Dinamarca, Corea del Sur y Hong Kong, que ya se han convertido en sospechosos habituales. Reino Unido ocupa el sexto puesto y Estados Unidos el séptimo, seguido de Suecia y Noruega, y Finlandia vuelve a cerrar el top ten. En el extremo opuesto los países donde más difícil se lo ponen a los emprendedores son Eritrea, Libia, Sudán del Sur y Venezuela.
Respecto a España, el informe destaca una mejora consistente en lo relativo al pago de impuestos. ¿Las causas? La reducción del Impuesto de Sociedades, la rebaja de impuestos a las empresas de nueva creación a través de la Ley de Emprendedores y el nuevo sistema online Cl@ve, que permite la declaración telemática del IVA. Además, los resultados también avalan las mejoras de nuestro país a la hora de proteger a los pequeños accionistas.