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Telefónica confía en Rothschild para gestionar la venta de su antigua sede en Gran Vía

El valor del inmueble podría superar los 300 millones de euros

Telefónica ha decidido poner en marcha el proceso de venta de uno de sus edificios más emblemáticos: su antigua sede situada en el número 28 de la Gran Vía. Para llevar a cabo esta operación, la compañía ha confiado en el banco de inversión Rothschild, que será el encargado de buscar posibles compradores entre fondos de inversión, grandes patrimonios y firmas interesadas en el sector inmobiliario. Según Expansión, el valor del inmueble podría superar los 300 millones de euros, lo que refleja su gran atractivo y relevancia dentro de la capital.

El edificio, inaugurado en 1930 y diseñado por el arquitecto Ignacio de Cárdenas, fue el primer rascacielos construido en España y uno de los símbolos más representativos del Madrid moderno del siglo XX. Con casi 90 metros de altura, el inmueble fue concebido para albergar las oficinas centrales de Telefónica y una central telefónica con capacidad para 40.000 líneas automáticas, un avance tecnológico muy destacado para su época. Aunque la sede principal de la empresa se trasladó hace años al Distrito Telefónica, en el barrio de Las Tablas, el edificio de Gran Vía 28 ha mantenido un importante papel dentro de la compañía y de la ciudad.

En la actualidad, el inmueble tiene un uso mixto, combinando espacios de oficinas, áreas comerciales y culturales. Entre los más conocidos se encuentran la tienda insignia de Movistar y el Espacio Fundación Telefónica, un centro cultural que organiza exposiciones, conferencias y actividades educativas, y que se ha convertido en uno de los puntos más visitados del centro de Madrid.

Por su ubicación privilegiada y su valor histórico, el inmueble despierta el interés de inversores internacionales que ven en él una oportunidad única. Algunos expertos del sector apuntan que podría transformarse en un hotel de lujo, aprovechando su localización en plena Gran Vía, una de las zonas más turísticas y concurridas de la capital. Sin embargo, cualquier proyecto deberá respetar las condiciones de protección patrimonial que tiene el edificio, dado su carácter histórico y arquitectónico.

A lo largo de su historia, el inmueble ha sido objeto de dos importantes reformas, realizadas en 1987 y 1992. En esta última intervención se incorporaron sistemas avanzados de climatización, seguridad y comunicaciones, convirtiéndolo en un edificio inteligente y adaptado a las necesidades tecnológicas de la época.

Reestructuración de inversiones prevista en la estrategia de Telefónica

La decisión de vender este activo se sitúa dentro de la estrategia de eficiencia impulsada por el nuevo presidente de Telefónica, Marc Murtra. Su objetivo es optimizar los recursos de la compañía, reducir costes, simplificar la estructura corporativa y generar liquidez para financiar nuevos proyectos de crecimiento. Esta no es la primera vez que la empresa recurre a la venta de propiedades emblemáticas: en 2019 ya se desprendió de la Torre Diagonal 00 de Barcelona, vendida al grupo Emperador Properties en una operación de sale & leaseback (venta con posterior posibilidad a alquiler).

Con la venta de su antigua sede en Gran Vía 28, Telefónica continúa avanzando en su política de rotación de activos no estratégicos y en la optimización de su patrimonio inmobiliario.

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