Este viernes la princesa Leonor cumple 20 años. Han pasado dos décadas desde que nació la heredera al trono, una niña que ha ido creando su propio camino siguiendo los pasos de su padre, el rey Felipe VI.
Desde sus primeros años, comenzó su formación en el colegio Santa María de los Rosales en Madrid, y los que han compartido clase con ella destacan que es una persona muy responsable, inteligente, con notas destacables y trabajadora. Además, la describen como muy buena persona, que nunca dudaba en dejar sus apuntes y que siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. “Puede parecer tímida de primeras, pero es una persona muy divertida cuando la conoces de verdad”, cuenta una de sus compañeras. Esa dualidad entre la cercanía y la seriedad explica la profesionalidad y formalidad con la que afronta los eventos a los que tiene que asistir en su día a día, ya que, aparentemente, parece una persona reservada.
Con el paso del tiempo, su camino se ha ido forjando gracias a su discreción, constancia y una madurez que sorprende por su juventud. El carácter que muestra en los eventos es serio y reflexivo, lo que refleja una profunda conciencia del papel que le espera en un futuro.
¿Qué aficiones tiene?
Durante su etapa internacional, en el colegio de Gales donde cursó parte de su formación, destacó por su espíritu deportivo. Practicaba voleibol, una afición que le permitió sacar su faceta más competitiva. Además, desde muy pequeña, ha sido una chica muy inquieta, con mucha curiosidad por aprender. Habla varios idiomas —español, catalán, euskera, inglés, francés, chino mandarín y árabe—, y cabe destacar que los dos últimos los empezó a estudiar cuando era apenas una niña.
En el ámbito personal, la princesa ha heredado el gusto por la buena alimentación y los hábitos saludables de su madre, la reina Letizia. Tal es el caso que ya de pequeña le dijo a su hermana, la infanta Sofía, que comiera verduras “porque tienen antioxidantes”, lo que muestra la sensatez y madurez que la caracteriza. Su dieta es mediterránea y confiesa que le encanta desayunar pan con tomate, una costumbre típica de Cataluña.
La princesa bajo el ojo público
A pesar de su posición, mantiene una vida discreta y alejada del foco mediático, sin una relación estrecha con otros príncipes europeos. Entre sus aficiones están la música —ha asistido a conciertos de Rosalía y Harry Styles—, el deporte y la fotografía. Esta última es una actividad que la ha acompañado a lo largo de su vida. Siempre lleva consigo una cámara de fotos y suele ser la encargada de hacerlas en los momentos familiares durante los viajes que realizan.
En cuanto a su vida más pública y profesional, se encuentra en el último tramo de su formación militar en la Academia del Aire de San Javier, en Murcia, tras haber completado con éxito sus años en la Academia Militar de Zaragoza y en la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra.
Tras 20 años de vida, Leonor es la imagen de una nueva generación de responsabilidad y cercanía.
