Tras décadas de estancamiento, la energía nuclear está resurgiendo, y ya no son los reactores de gigavatios del pasado los que lideran el cambio. Los pequeños reactores modulares (SMR), antes considerados de nicho o especulativos, se han convertido en el centro de un giro energético y geopolítico global. Su atractivo reside en la escalabilidad, la flexibilidad de ubicación y la promesa de una energía de base dedicada y libre de carbono, un ingrediente vital en una era definida por el aumento de la demanda energética de la IA y la descarbonización industrial.
El cambio de planes ambiciosos a proyectos comerciales de miles de millones de dólares está oficialmente en marcha, impulsado por anuncios clave recientes.
NuScale Power: De la reducción de riesgos a la implementación a escala de gigavatios
NuScale Power ha consolidado su papel como referente del movimiento SMR, pero su éxito comercial dependerá de una financiación rigurosa. A principios de septiembre de 2025, la compañía anunció una colaboración histórica con la Autoridad del Valle de Tennessee y ENTRA1 Energy para desplegar hasta 6 gigavatios de su tecnología SMR en la región de servicio de TVA, el mayor compromiso de SMR en la historia de Estados Unidos.
La estructura de este acuerdo es tan importante como su escala. En lugar de imponer toda la carga financiera y regulatoria, única en su tipo, a TVA, ENTRA1 financiará, poseerá y operará las instalaciones, vendiéndole energía a TVA mediante un Acuerdo de Compra de Energía (PPA) a largo plazo. Este enfoque fuera de balance podría resultar crucial, ya que podría impulsar la inversión institucional y convertir los SMR de proyectos de demostración en una clase de activos financiables a escala de servicios públicos.
Energía terrestre: Energía de sales fundidas para el mercado de calor industrial
La carrera por los SMR no se limita a la generación de electricidad, sino también al suministro de calor industrial, un sector que representa alrededor del 20 % de la demanda energética mundial y sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles. Terrestrial Energy aprovecha esta oportunidad con su Reactor Integral de Sales Fundidas, un diseño de IV Generación que utiliza sales fundidas como refrigerante y combustible. Sus altas temperaturas de funcionamiento lo hacen ideal para producir hidrógeno limpio, combustibles sintéticos y otras materias primas industriales.
En octubre de 2025, Terrestrial Energy completó su fusión SPAC con HCM II Acquisition Corp. , recaudando aproximadamente 293 millones de dólares en ingresos totales. La compañía cotizará en bolsa bajo el símbolo IMSR.
A diferencia de la mayoría de los desarrolladores de reactores avanzados que buscan estrategias internacionales, Terrestrial Energy se centra exclusivamente en el mercado estadounidense, comenzando con su primer proyecto comercial, previsto para el Campus RELLIS de Texas A&M . El capital obtenido mediante la transacción financiará las iniciativas de licencias y construcción de la compañía en EE. UU., avanzando así en su objetivo de comercializar calor nuclear de alta temperatura a escala industrial para principios de la década de 2030.
Si tiene éxito, el diseño de sal fundida de Terrestrial podría complementar a los SMR de agua ligera al abordar sectores difíciles de electrificar, proporcionando el tipo de energía térmica sin emisiones de carbono las 24 horas del día que requieren las fábricas, refinerías y plantas químicas.
La apuesta nuclear de Amazon: la estrategia de hiperescalador
La escasez de energía impulsada por la IA ha convertido a algunas de las corporaciones más grandes del mundo en promotoras energéticas. En octubre, Amazon presentó sus planes para la Planta de Energía Avanzada Cascade cerca de Richland, Washington, en colaboración con Energy Northwest. El emplazamiento desplegará los reactores de alta temperatura refrigerados por gas Xe-100 de X-energy , comenzando con 320 MW y escalando hasta 960 MW.
Al construir eficazmente su propia generación de carga base, Amazon está marcando un nuevo modelo de resiliencia energética corporativa. El diseño modular de los SMR permite ubicarlos cerca de los centros de datos y escalarlos en incrementos de 80 MW, adaptándose perfectamente a las demandas de alta densidad y alto tiempo de actividad de la computación a hiperescala. Los gigantes tecnológicos ya no esperan actualizaciones de la red; la construyen ellos mismos.
Política global y el ciclo estratégico del combustible
En todo el mundo está cobrando impulso a medida que los gobiernos reconocen los SMR como herramientas de seguridad energética y competitividad industrial.
La ventaja del uranio de Canadá: la nueva estrategia provincial de Saskatchewan aprovecha sus vastas reservas de uranio para apuntalar la implementación de SMR, respaldando el BWRX-300 de GE Hitachi y explorando diseños más grandes.
Expansión europea: Países Bajos confirmó sus planes de extender la vida útil de su reactor Borssele más allá de 2033 y construir dos nuevos reactores a gran escala. Para ello, creó NEO NL, un operador nuclear estatal y vehículo de financiación, y destinó 20 millones de euros a I+D nacional de SMR.
Cerrando el ciclo del combustible: En octubre de 2025, la francesa newcleo y la estadounidense Oklo anunciaron una empresa conjunta de 2000 millones de dólares para desarrollar capacidad avanzada de fabricación de combustible en Estados Unidos, con la sueca Blykalla explorando la coinversión. La alianza busca producir los combustibles metálicos y de óxidos mixtos necesarios para los reactores de IV Generación, reduciendo la dependencia del enriquecimiento ruso y sentando las bases para un ciclo de combustible nuclear cerrado y controlado por Occidente.
El riesgo de ejecución y el camino a seguir
Si la década de 2010 se centró en la innovación nuclear prometedora, la de 2020 se centrará en lograrla . Sin embargo, es aquí donde la revolución de los SMR enfrenta su mayor desafío.
Incluso con múltiples diseños ya licenciados, el paso del prototipo a la producción conlleva un enorme riesgo de ejecución. La preocupación más inmediata es el control de costos. Las lecciones de la expansión de Vogtle en Georgia, la primera planta nuclear estadounidense en décadas, siguen vigentes: pequeñas desviaciones en el diseño o la logística de la cadena de suministro pueden causar retrasos de varios años y sobrecostos multimillonarios . Los SMR prometen evitar esto mediante la estandarización y la fabricación en fábrica, pero esa prueba aún está por venir.
La madurez de la cadena de suministro es otro factor limitante. Los componentes de precisión, los recipientes a presión y los combustibles avanzados necesarios para la construcción nuclear no se pueden producir de la noche a la mañana. Tras décadas de contracción industrial, será necesario reconstruir gran parte de la base manufacturera cualificada. Los desarrolladores estadounidenses ya compiten por una capacidad limitada en materiales y fabricación críticos.
El entorno regulatorio también presenta un cuello de botella. La Comisión Reguladora Nuclear de EE. UU. ha modernizado algunos procesos, pero las licencias de emplazamiento y las revisiones ambientales aún pueden prolongarse durante años. A nivel mundial, la falta de normas armonizadas para las licencias sigue siendo un obstáculo para ampliar las exportaciones de SMR en todos los mercados.
Finalmente, la estructura de financiación puede determinar el éxito del proyecto. La aparición de modelos de «energía nuclear como servicio», como el de ENTRA1, representa un cambio prometedor, ya que transfiere el riesgo inicial de las empresas de servicios públicos. Sin embargo, la confianza de los inversores depende de un apoyo político constante y de una ejecución demostrada de los proyectos.
La industria nuclear está bajo un intenso escrutinio. Si los primeros proyectos de SMR fracasan, el impulso podría desvanecerse rápidamente. Pero si se entregan a tiempo y dentro del presupuesto, el mundo podría finalmente presenciar el renacimiento de la energía nuclear como una fuente de energía escalable, limpia y comercialmente competitiva.
El sector de los pequeños reactores modulares ha superado un umbral crítico. La pregunta ahora pasa de si los pequeños reactores modulares desempeñarán un papel en la matriz energética mundial a la rapidez con la que se podrán construir y quién los liderará.
La próxima década determinará si los SMR cumplen su promesa de ser un puente flexible y financiable entre la ambición de la energía limpia y la realidad industrial.
