Las grandes celebraciones de cumpleaños suelen incluir tarta, banderines y champán. El fabricante de lujo Rolls-Royce ha ido más allá con el lanzamiento de una edición limitada de su Phantom, conocida como Rolls-Royce Phantom Centenary.
Solo se fabricarán 25 coches con una pintura personalizada: la parte lateral de la carrocería, en dos tonos Super Champagne Crystal sobre Arctic White, en homenaje a la silueta fluida de los Phantom de la década de 1930, y la parte superior de la carrocería, en Super Champagne Crystal sobre Black. Rolls-Royce también ha añadido vidrio triturado a la capa transparente, lo que le da a la pintura un efecto brillante.
A diferencia de la figura Spirit of Ecstasy habitual, que suele ser plateada o negra, en la parte delantera del coche se encuentra una variante de oro de 18 quilates, bañada en oro de 24 quilates. El exterior se completa con las llantas Phantom, cada una de ellas grabada con 25 líneas, en honor a los 25 automóviles de la colección, que juntas suman 100 líneas para celebrar el centenario.

Por supuesto, es en el interior donde el Phantom destaca. Al abrir las puertas traseras, se descubren asientos con un toque artístico, inspirados en el famoso Fantasma del Amor (Phantom of Love) de 1926. La obra de arte de los asientos se despliega en tres capas distintas que cuentan una historia. La primera es el fondo, que muestra lugares y objetos de la historia del Phantom, desde la sede original de la marca en Londres hasta las pinturas al óleo de Henry Royce del sur de Francia.
La segunda capa retrata a los grandes Phantoms del pasado con gran detalle. La tercera y última capa está formada por bordados que representan de forma abstracta a siete propietarios significativos de cada generación de Phantom. La obra de arte final abarca más de 45 paneles individuales, cada uno de ellos alineado y ajustado a las curvas del asiento, un proceso inspirado en las técnicas de sastrería de Savile Row. El resultado es la composición de asientos más intrincada jamás creada por Rolls-Royce.

«Recurrimos a una extraordinaria variedad de fuentes –textos originales, diarios, fotografías y pinturas– para crear una composición que entrelaza muchos hilos de la historia del Phantom. La nueva tecnología desarrollada para este proyecto, incluida la superposición de capas de tinta en 3D, nos permitió añadir detalles a una escala nunca antes posible –algunos de solo 0,13 mm de altura– desde un barco navegando por el mar hasta los nombres de lugares en un mapa. Es un privilegio disponer del tiempo y la tecnología necesarios para plasmar momentos de la historia del Phantom con el detalle y la precisión que merece la marca» afirma Katrin Lehmann, diseñadora de colores y materiales a medida de Rolls-Royce Motor Cars.
Las puertas traseras representan la costa de Le Rayol-Canadel-sur-Mer, donde Sir Henry Royce pasaba los inviernos. La puerta del acompañante muestra el paisaje de West Wittering, donde se encontraba su residencia de verano. La puerta del conductor muestra el épico viaje de 7.200 km del primer Phantom de la era Goodwood, que cruzó el continente australiano desde Perth.

Del mismo modo, la carpintería del Phantom Centenary está realizada en madera de acacia negra teñida, y los paneles de las puertas presentan mapas geográficos, sinuosas rutas, amplios paisajes y elementos florales.
Phil Fabre de la Grange, director de Bespoke de Rolls-Royce Motor Cars, afirma: «El Phantom Centenary es la colección privada más compleja y tecnológicamente ambiciosa que jamás hayan emprendido los diseñadores, ingenieros, especialistas en producción y artesanos de nuestro colectivo Bespoke. Desarrollado a lo largo de tres años, este proyecto utiliza nuevas técnicas para combinar metal, madera, pintura, tela, cuero y bordados en una única y sorprendente composición. Las superficies se leen como un libro que revela los 100 años de historia del Phantom, rico en referencias simbólicas que los clientes podrán admirar y descifrar durante muchos años».
