¿La creciente preocupación por una burbuja en el sector de la inteligencia artificial (IA) impedirá que las nuevas empresas recauden la financiación necesaria para desarrollar sus negocios? Solo en Estados Unidos, las firmas de capital riesgo han invertido este año 161 000 millones de dólares en empresas de IA en fase inicial, según datos de Pitchbook, lo que supone una gran apuesta por una tecnología cuyo valor aún no ha demostrado de forma concluyente.
Las advertencias sobre el bombo publicitario emitidas por diversos analistas en las últimas semanas, incluido el Banco de Inglaterra, han generado nerviosismo en los mercados bursátiles. Algunos emprendedores temen que esta ansiedad se contagie al capital riesgo y al capital privado, perjudicando sus esfuerzos por captar financiación.
El Fondo Axis adoptará un enfoque ligeramente diferente al de los vehículos de capital riesgo convencionales para la inversión de sus fondos. Alrededor del 20% de su capital se asignará a fondos de capital riesgo existentes, gestionados por lo que describe como «gestores emergentes», es decir, pequeñas firmas de inversión que acaban de consolidarse y mantienen estrechas relaciones con startups tecnológicas locales. Estas relaciones permitirán al fondo crear un índice de alrededor de 750 startups y scale-ups potencialmente prometedoras, aprovechando los datos de los gestores emergentes, entre los cuales buscará candidatos para realizar inversiones directas con el 80% restante de sus activos.
Se trata de una estrategia diseñada para garantizar que el fondo pueda identificar oportunidades de inversión que, de otro modo, podrían pasar desapercibidas, explica Darwazah. «El reto para el sector de capital riesgo es el acceso», afirma. «Se trata de acceder a las empresas que se convertirán en nombres reconocidos lo antes posible».
Sin duda, es un modelo atractivo para los propios inversores de AAF. El Fondo Axis ha sido respaldado por Mubadala Capital, el fondo soberano de inversión de Abu Dabi, y también cuenta con el respaldo de varias oficinas familiares y firmas de gestión de activos. La participación de estos grandes inversores brinda a las startups la oportunidad de comenzar a forjar las relaciones que impulsarán futuras captaciones de fondos, señala AAF.
La propia trayectoria de AAF en la identificación de las «grandes empresas» del futuro también forma parte de la historia. Los fondos recaudados anteriormente por la firma han adquirido participaciones iniciales en empresas tecnológicas unicornio como Jasper, Current, Flutterwave, Drata y Hello Heart.
Hendricks cree que habrá más ganadores de este tipo en el futuro, y que el entusiasmo en torno a la IA comenzará a disiparse a medida que la tecnología se ponga en práctica. «Dejaremos de pensar en estas empresas como ‘empresas de IA’ y nos centraremos en lo que ofrece su software basado en IA», afirma.
Esta predicción será bien recibida por muchos fundadores y emprendedores que recién comienzan a crear nuevos negocios que aprovechan la IA. El peligro para ellos, sobre todo si las advertencias de una corrección en los mercados bursátiles cotizados resultan justificadas, es verse atrapados en el estallido de la burbuja de la IA.
