Tecnología

Cinco desafíos de la IA que marcarán el futuro de las empresas

La IA ha pasado de ser una tecnología emergente a una herramienta empresarial estandarizada

Ya no basta simplemente adoptar la inteligencia artificial; el nuevo imperativo es dominar sus tensiones inherentes. Este cambio marca una transición crucial. La IA ha pasado de ser una tecnología emergente a una herramienta empresarial estandarizada, un cambio que ha reescrito las estrategias de los altos ejecutivos. La Encuesta de IA 2025 de Forbes Research muestra que, a medida que la tecnología alcanza la madurez operativa, los desafíos que definieron los inicios de la IA no desaparecen. Se están convirtiendo en una serie de tensiones estratégicas que los líderes deben gestionar simultáneamente.

En agosto y septiembre de 2025, encuestamos a 1075 altos ejecutivos de empresas globales con ingresos anuales superiores a los mil millones de dólares, que representan una amplia gama de industrias y geografías. Nuestros hallazgos muestran que, a medida que la tecnología de IA se integra en la estructura de la empresa, sus desafíos se centran menos en la implementación básica y más en el liderazgo estratégico.

Explora las cinco fuentes críticas de fricción identificadas en nuestros datos que definen el camino hacia el dominio de la IA.

1. ROI: valor operativo hoy, valor financiero mañana

Uno de los desafíos más complejos que enfrentan hoy los líderes de IA es la brecha entre el impacto actual de la tecnología y su promesa futura.

Si bien la mayoría de las organizaciones (56%) informa haber logrado un ROI limitado (menos del 5%) de sus iniciativas de IA hasta la fecha, y solo el 3% reporta un ROI sustancial (entre el 10% y el 20%), los beneficios operativos son inmensos. Nuestros datos muestran que la IA está generando mejoras significativas en la toma de decisiones (85%) y la eficiencia operativa (84%), seguidas de cerca por una mejor calidad de los productos o servicios (81%).

Los ejecutivos miden este éxito no en dólares sino en métricas operativas tangibles como la mejora en la calidad de los datos (50%) y las ganancias de productividad de los empleados (48%).

¿La conclusión práctica? Los datos sugieren un enfoque estratégico que prioriza el aprovechamiento de la IA para lograr un impacto operativo inmediato y establecer una base sostenible, en lugar de esperar la generación de beneficios de una sola fuente. Este enfoque posiciona las mejoras de eficiencia como el mecanismo de inversión interna para financiar futuras iniciativas de mayor valor donde el retorno financiero de la inversión (ROI) será más evidente.

2. Liderazgo: más propiedad, menos comprensión

La alta dirección sigue siendo la principal responsable de la estrategia de IA. Su participación en la toma de decisiones sobre IA se ha disparado desde el año pasado: la del director ejecutivo pasó del 26 % al 55 %, la del director de operaciones del 2 % al 41 % y la del director financiero del 1 % al 38 %.

Esta reformulación de la IA como motor principal del negocio es crucial, pero conlleva una desconexión estratégica. Si bien el director de información sigue siendo central y ahora es el rol con mayor participación, con un 71%, roles más tácticos como los gerentes de TI/tecnología (del 67% al 48%) y los científicos/analistas de datos (del 44% al 13%) han visto disminuir su participación. Este cambio indica una transición de las decisiones centradas en la implementación a una supervisión estratégica de alto nivel.

Una mayor participación de los altos ejecutivos en las decisiones de compra de IA es un indicio de madurez de la IA. Sin embargo, hay un inconveniente: solo el 33 % de los ejecutivos afirman una coordinación interdisciplinaria regular para garantizar el éxito y la adaptabilidad de sus iniciativas. Esto significa que, si bien hay más líderes involucrados en las decisiones de compra, a menudo trabajan de forma aislada.

Además, solo el 37 % de los directores de recursos humanos afirman contar con estrategias para crear equipos multidisciplinarios que combinen la experiencia en IA con el conocimiento del área. El progreso dependerá de líderes que compartan objetivos y colaboren constantemente en equipo para fomentar la integración holística.

3. Innovación: el motor de las ideas, no siempre una herramienta para la rentabilidad

Nuestra investigación confirma que la IA es un poderoso catalizador de nuevas ideas: el 71% de los ejecutivos la califican como buena o excelente para aumentar la calidad o la cantidad de innovación.

Sin embargo, un número mucho menor (48%) afirma que es buena o excelente para reducir el coste de esa innovación. Esto pone de relieve un desafío crítico que a menudo se pasa por alto. Si bien la IA puede crear un nuevo universo de posibilidades, no aumenta automáticamente la eficiencia del proceso creativo.

Los datos apuntan a un imperativo estratégico para superar esta desconexión: el dominio exitoso de la IA requiere enfocar la tecnología no solo en generar nuevas ideas, sino en optimizar todo el proceso de innovación para lograr resultados más rápidos y más rentables.

4. Talento: del reemplazo a la colaboración

La conversación en torno a la IA y la fuerza laboral ha madurado y el foco ha cambiado del reemplazo de trabajo a la colaboración y la transformación.

Mientras que el 67% de los ejecutivos espera que la IA transforme el 5% o más de los empleos en los próximos dos años, el 94% predice que se eliminarán menos del 5% en el mismo periodo. La mayoría de los líderes (59%) afirma ahora que la IA, en última instancia, creará oportunidades de empleo, en lugar de eliminarlas, lo que representa un aumento significativo respecto al 33% del año pasado.

Este cambio se refleja en las estrategias para abordar la brecha de talento en IA, y los principales enfoques incluyen el desarrollo de las habilidades de IA de los empleados a través de capacitación (57%) y la implementación de programas de tutoría y crecimiento profesional (54%).

5. Ciberseguridad: una herramienta poderosa que crea nuevas amenazas

A medida que la IA se integra profundamente en las funciones comerciales, también lo hacen sus riesgos.

La mayoría de los líderes coinciden en que la IA agrava el desafío de mantener actualizadas las medidas de ciberseguridad (62%) y que las amenazas impulsadas por IA pueden hacer que las protecciones cibernéticas actuales queden obsoletas cada pocos meses (63%), frente a solo el 29% el año pasado.

Este mayor nivel de amenaza es una de las principales razones por las que el 71 % de los líderes manifiesta una gran preocupación por garantizar un uso seguro y conforme a las normativas de la IA. Esta tensión se agrava aún más por el hecho de que, si bien el uso de datos confidenciales para el entrenamiento de modelos de IA se considera una ventaja competitiva clave (74 %), garantizar la privacidad de los datos se considera una barrera importante para el 81 % de los ejecutivos.

El camino a seguir: de la adopción generalizada al dominio específico

El cambio de un mundo de adopción de IA a uno de dominio significa que los líderes ejecutivos no solo están tomando decisiones tecnológicas; están haciendo apuestas estratégicas sobre el futuro de su empresa.

Nuestro estudio revela que, al hacerlo, deben lidiar activamente con las tensiones inherentes a la IA. Deben aprender a equilibrar su poderoso impacto operativo con el retorno de la inversión (ROI) prometido, pero retrasado. También deben afrontar la realidad de que, si bien la participación de los altos ejecutivos está en su punto más alto, la complejidad de los desafíos de la IA requiere un nivel de aprendizaje más profundo y comprometido.

Simultáneamente, tienen la tarea de utilizar la IA para impulsar la innovación y el crecimiento, pero de forma eficiente y rentable. Los directivos también deben liderar a sus organizaciones para replantear el debate sobre el talento, desde la sustitución de puestos de trabajo hacia una perspectiva de colaboración entre humanos e IA y el desarrollo de habilidades, a la vez que abordan los riesgos críticos de ciberseguridad que presenta la IA.

Los líderes más exitosos reconocerán que la nueva era de la IA es una maratón estratégica, no una carrera de velocidad con un solo objetivo, lo que les obliga a aceptar estas tensiones y centrarse en dominar las herramientas que ya tienen para crear valor empresarial.

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