Hora de mujer

Los relojes de Taylor Swift, poca cosa para una multimillonaria

La colección de la diva del pop, lejos de ser deslumbrante, está formada por pocas pero originales piezas.

Esta semana está siendo intensa para la cantautora estadounidense Taylor Swift, que acaba de lanzar el álbum The Life of a Showgirl con el éxito que suele acompañar a todos sus proyectos (ha sido el más reproducido en un solo día en Spotify en lo que llevamos de 2025, según la plataforma de música). La artista vuelve a las primeras planas después de romper Internet el pasado agosto con el anuncio de su compromiso con el jugador profesional de fútbol americano Travis Kelce. En la cuenta de Instagram de Swift, la publicación en la que comunicó su futura boda acumula hoy 37,6 millones de me gusta, aupándose al sexto puesto en el ranking de publicaciones con más likes.

Precisamente en la tercera fotografía de ese carrusel de poses floridas descubrimos uno de los tesoros del joyero de la artista. Sí, está el anillo, por supuesto: una original pieza firmada por la hasta ahora desconocida orfebre Kindred Lubeck. Pero le robó algo de protagonismo un reloj de Cartier, un Santos Demoiselle de oro amarillo con engaste de diamantes que no se encuentra en el catálogo actual de la firma francesa, y que podría haber sido un regalo de su novio, de ahí que lo luciera en la noticia de su compromiso.

Pero no era la primera vez que lo hacía. Ese reloj ya se le intuyó bajo la chaqueta de Louis Vuitton con la que la megaestrella se atavió el pasado enero para acudir al partido del Campeonato de la AFC de fútbol americano, el que designa al ganador de la Conferencia Americana de la National Football League (que se enfrenta en la Super Bowl al ganador del Campeonato de la NFC) y que ganaron los Kansas City Chiefs de Kelce.

También lo llevó en su muñeca izquierda cuando grabó el episodio del podcast deportivo New Heights, que copresenta Kelce junto con su hermano Jason, en el que Swift anunció el lanzamiento de The Life of a Showgirl.

La pieza, de forma cuadrada, es una versión femenina del icónico Santos de 1904, uno de los relojes clásicos más versátiles de Cartier. En concreto, de su versión Santos-Dumont. El Santos original fue diseñado por Louis Cartier, nieto de Louis-François (fundador de la casa que lleva su apellido), para el brasileño Alberto Santos-Dumont, pionero de la aviación y amigo suyo. Y éste lleva el nombre de la máquina voladora más lograda que Santos-Dumont ideó en 1908, Demoiselle, que fue una de las primeras aeronaves producidas en masa.

Como tantos otros ejemplares de Cartier, se distingue por sus líneas geométricas, sus números romanos, sus agujas de acero azulado en forma de espada y su corona perlada. El de Taylor Swift, además, lleva engastados diamantes de talla brillante en el bisel y en las asas. Se ajusta con un brazalete de oro amarillo de 18 quilates con un diseño de eslabones de tipo ladrillo y doble cierre desplegable. Y es una opción atemporal, de esas que pueden llevarse del día a la noche, en la juventud, en la madurez y en la vejez.

A la garganta, el más brillante

Antes que todo eso, el año pasado, la diva del pop rompió su habitual discreción relojera en la gala de entrega de los premios Grammy, pues decidió lucir al cuello, a modo de gargantilla, una pieza de diamantes que sumaban 300 quilates. Daba la hora a todo aquel que se acercara a ella, pues integraba un reloj de estilo art déco de la marca suiza Concord Watch Company (que apenas tiene repercusión en la actualidad), con bisel de diamantes blancos y ceñido con dos ristras de diamantes negros como cadena.

El reloj-collar lo confeccionó a medida la diseñadora de joyas Lorraine Schwartz, quien firmó el anillo de pedida de ocho millones de dólares que Kanye West entregó a Kim Kardashian. Se dice que la hora que podía leerse en la esfera cuadrada del de Swift estaba fijada a las 12 en punto, en referencia a su disco Midnights (Medianoches en español), que se alzó con el premio al Álbum del Año en la noche de aquellos Grammy.

Más oro amarillo, pero redondo

Por último, pues solo hemos avistado un reloj más en las apariciones públicas de la cantante (no es Rihanna, que atesora una vasta colección), está el modelo Tambour de Louis Vuitton que llevó el pasado noviembre al Arrowhead Stadium, en Kansas City (Misuri, Estados Unidos), para ver a su pareja jugar a fútbol americano una vez más. Swift, que cubrió su cuerpo con un traje de cuadros rojo y negro de Versace, eligió uno de los Tambour que se presentaron en 2023, en oro amarillo y con unas medidas de 40 mm de diámetro y 8,3 mm de grosor, con la esfera blanca y el brazalete integrado.

En el interior de este reloj se encuentra el primer movimiento automático de tres agujas ideado por La Fabrique du Temps, el taller de alta relojería de Louis Vuitton, en colaboración con el especialista en movimientos Le Cercle des Horlogers. El meanismo interior aporta las horas, los minutos y un segundero a las 6 h, y se puede ver a través del fondo de la caja. Su reserva de marcha es de 50 horas, aproximadamente, y cuesta 59.500 euros.