Dicen que la felicidad no se compra. Y Alice Walton (Newport, Arkansas, Estados Unidos, 75 años) lo confirma. Con una fortuna estimada en 101.000 millones de dólares, no le ha faltado nada, menos suerte en el amor (dos divorcios).
Hace 75 años nacía la que sería la mujer más rica del mundo. Su padre, el visionario Sam Walton (fallecido en 1992), es el hombre que transformó una pequeña tienda en Walmart, la mayor cadena de tiendas minoristas del mundo. Ella, ex banquera, filántropa y la única hija del fundador de Walmart, heredera del imperio multinacional.
Discreta y millonaria
En la lista de los más ricos del mundo aparece la cara de Alice Walton, pero pocos la reconocen, razón por la cual la llaman la «heredera silenciosa». Es discreta, igual que su tranquila vida en Texas, donde disfruta de la compañía de sus caballos.
Creció con sus hermanos Jim y Rob en Bentonville, a cuatro horas de Newport. Estudió Finanzas y Economía en la Universidad Trinity de San Antonio, Texas, y desde joven mostró un interés más artístico que empresarial. La empresa no era lo suyo, o eso parecía. Y aunque le apasionaba el arte, en especial las acuarelas (influenciada por su madre Helen) finalmente terminó metida en el mundo empresarial.
No obstante, mientras sus hermanos se incorporaban a la compañía familiar, Alice prefirió seguir su propio camino: trabajó como analista de inversiones en EF Hutton, fue directora de inversiones en una firma bancaria de Arkansas y hasta fundó su propia firma de inversión, Llama Company, en el que fue presidenta y CEO hasta su cierre en 1998.
Ha estado casada dos veces. Pero las dos han terminado en divorcio. La primera fue en el 74 con un prominente banquero de inversión de Luisiana. Con 26 años, dos años después, ya se había divorciado. Se volvió a casar, pero esta vez con un contratista que de hecho, construyó su piscina, pero la relación también terminó en divorcio. Alice Walton no tiene hijos.
5.700 millones de dólares para causas benéficas
Alice Walton siempre se preocupó por su Estado natal. En 2021 fundó en Arkansas una facultad de medicina alternativa que lleva su nombre, la Alice L. Walton School of Medicine (AWSOM). Convencida de que el sistema de salud estadounidense pronto iba a estallar, y preoucupada por el desierto sanitario en su Estado, destinó 250 millones de dólares para una «revolución» médica. Además, se hace cargo de la matrícula de las primeras cinco promociones de estudiantes.
Por otro lado, la filántropa ya había materializado uno de sus proyectos más ambiciosos hacia 2011. Gracias a Alice Walton, Arkansas también tiene un museo de arte contemporáneo de impresión: el museo Crystal Bridges de Arte Americano. Cuenta con obras de artistas de renombre como Andy Warhol, Mark Rothko y Norman Rockwell. Construido en 48 hectáreas de tierra familiar en Bentonville, el centro ha recibido más de 5 millones de visitas desde 2021. Además, la entrada es gratis, «como debería ser el acceso al arte» según la multimillonaria.
En 2017, Walton creó la Art Bridges Foundation para ayudar a los pequeños museos que carecen de recursos culturales. La fundación proporciona dinero, presta obras de arte y trabaja con otros museos del estilo, creando programas artísticos.
En total, ha donado 5.700 millones de dólares a diversas causas benéficas.
La heredera silenciosa
Aunque muy discreta, Alice Walton no ha estado exenta de polémicas. La mujer más rica del mundo tiene el foco encima, sobretodo cuando se trata de radares. En 1989 conducía su Porsche por una carretera rural en Fayetteville, Washington, cuando atropelló y mató a una mujer que transitaba de manera repentina por la carretera. Pese a que conducía con exceso de velocidad, no se la acusó por el incidente.
10 años más tarde, en Acapulco, sufrió un accidente que le dejó una pierna más corta que la otra. En 2011 fue arrestada por exceso de velocidad y por conducir bajo los efetos del alcohol. No obstante, los Walton se encargaron de que Alice saliera bajo fianza de 1.000 dólares, archivando el caso. Una fianza «barata» para la fortuna de la familia.
