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Bad Bunny: cada año más grande, más rico y más imparable

Con 60 millones en el bolsillo y el Super Bowl a sus pies, Bad Bunny encara 2026 dispuesto a demostrar que su éxito no tiene techo.

SAN JUAN, PUERTO RICO - 11 DE JULIO: Bad Bunny se presenta en el escenario durante la Primera Noche de Bad Bunny: "No Me Quiero Ir De Aquí" Residencia En El Choli en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot el 11 de julio de 2025 en San Juan, Puerto Rico. (Foto de Kevin Mazur/Getty Images)Menos Kevin Mazur/Getty Images

En 2025 parecía que Bad Bunny (Puerto Rico, 31 años) había alcanzado la cima de su éxito con su último disco (DeBí TiRAR MáS FOToS) y con su residencia en Puerto Rico —una serie de 30 conciertos consecutivos en el Coliseo de la isla—, ahora, la historia ha dado un giro inesperado. Benito Antonio Martínez Ocasio, el «conejo malo» de la música global, ha demostrado que para él los límites no existen: lo que parecía el año más importante de su carrera ha sido solo la antesala de un 2026 aún más monumental.

Puerto Rico en el centro del mundo

La residencia No Me Quiero Ir de Aquí no fue un simple ciclo de conciertos: fue un fenómeno cultural y económico sin precedentes. Entre julio y septiembre de 2025, más de 600.000 personas viajaron a San Juan para vivir una experiencia única: 30 shows que celebraban la música y, sobre todo, el orgullo puertorriqueño.

Su impacto fue mayúsculo: se estima que la residencia inyectó casi 200 millones de dólares a la economía local, con más de 48.000 noches de hotel reservadas, restaurantes abarrotados y pequeños negocios floreciendo. En una isla golpeada por crisis fiscales y desastres naturales, Bad Bunny transformó su fama en un motor económico y turístico para su lugar de nacimiento.

Más allá de las cifras, hubo un mensaje poderoso por parte de Bad Bunny: el artista más escuchado del planeta no pidió al mundo que lo siguiera en una gira, sino que lo invitó a su casa. Y Puerto Rico respondió convirtiéndose en el epicentro cultural global. Durante unos meses, PR fue el centro del mundo.

Y ahora, al Super Bowl 2026

Si la residencia confirmó su peso en Puerto Rico, el anuncio de la NFL lo ha consagrado como una figura mundial. Bad Bunny será el encargado de liderar el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, en febrero de 2026 en el Levi’s Stadium de California.

La elección no es casualidad. Con más de 49 millones de seguidores en Instagram, tres Grammys, millones de streams (reproducciones) y una conexión generacional que trasciende idiomas, Bad Bunny representa exactamente lo que la liga busca: diversidad, juventud y alcance global.

Siguiendo los pasos de Rihanna, Shakira o Kendrick Lamar, el puertorriqueño entrará en la historia con un show de menos de 15 minutos frente a más de 130 millones de espectadores en vivo. Y lo hará con un mensaje claro: un homenaje a su gente, su cultura y su historia.

«Polfín» Europa a sus pies

Pero 2026 no se queda solo en el Super Bowl. El pasado mayo, Bad Bunny sorprendía con un video cargado de humor y con un mensaje final muy suyo: «polfín». En él confirmaba que su gira Debí Tirar Más Fotos también lo llevaría a recorrer Europa, donde lo esperan estadios repletos de fans.

Solo en Madrid ofrecerá 10 fechas entre mayo y junio, un hito reservado para los más grandes. Londres, París, Barcelona, Milán, Estocolmo o Lisboa también forman parte de su itinerario, confirmando que el fenómeno puertorriqueño no tiene fronteras.

Las entradas en España, como era de esperar, volaron en cuestión de horas, repitiendo el patrón de sus tours anteriores. Si hay una cosa clara es que Bad Bunny no solo llena estadios: moviliza ciudades enteras.

Más famoso, más influyente y también más rico

La imparable escalada de Bad Bunny no se mide solo en canciones, aplausos y giras. También se refleja en su creciente fortuna. Para 2025, su patrimonio neto se estima entre 50 y 60 millones de dólares, cifra que continúa en ascenso gracias a giras multimillonarias, regalías por streaming (reproducciones que se convierten en dinero), colaboraciones con marcas globales —como Adidas, Corona, Cheetos o Crocs—, apariciones en Hollywood y proyectos de moda.

Su participación en el Super Bowl —aunque no remunerada directamente— promete aumentar aún más sus ingresos. Por ejemplo, tras su paso por la Super Bowl en 2023 Rihanna vio cómo sus reproducciones y ventas se dispararon, y se espera que Bad Bunny experimente un fenómeno similar: más streams, más ventas de merchandising y nuevos contratos de patrocinio, entre otras muchas cosas.

De SoundCloud —plataforma de música donde Bad Bunny empezó a subir sus primeras canciones— a llenar estadios en tres continentes. Su camino ilustra cómo un artista latino pudo no solo conquistar las listas globales, sino también entrar en el club de los artistas más ricos e influyentes del mundo y lo más importante, en el corazón de millones de seguidores.

Y por último, imparable

Lo que más impresiona de Benito es su capacidad de reinventarse cada año. Cuando parece que no hay un siguiente paso, lo encuentra. En 2025 puso a Puerto Rico en el mapa global con su residencia histórica; en 2026 lo espera el escenario más grande del planeta y una gira europea que lo consolida como icono universal, mientras su fortuna sigue creciendo a ritmo récord. ¿Que tendrá «el conejo malo» guardado para 2027?

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