Forbes Travel Juan Cierco

Turismo: motor de España, es la prioridad país

Ioana Roxana / UNSPLASH

El próximo 27 de septiembre celebramos el Día Mundial del Turismo bajo el lema “Turismo y transformación sostenible”. España es, sin duda, una de las grandes historias de éxito turístico a nivel mundial, pero no podemos conformarnos con mirar atrás. Mantener nuestro liderazgo exige actuar con determinación y exigir el reconocimiento que merece un sector que aporta más del trece por ciento del PIB, genera más de 2,7 millones de empleos y sostiene a múltiples cadenas de valor: transporte, hostelería, comercio, construcción, innovación o servicios culturales. Hablar de turismo es hablar de industria, de movilidad, de territorio y de bienestar colectivo.

El turismo español es competitivo gracias al esfuerzo de sus empresas y profesionales, pero ese esfuerzo necesita respaldo. No basta con pedir a las compañías que sean sostenibles, digitales e inclusivas si no se les garantizan marcos estables, seguridad jurídica y políticas coherentes. La sostenibilidad, entendida en todas sus dimensiones, debe ser un camino hacia la competitividad, no una traba que reste oportunidades. Y aquí conviene ser claros: crecer en cifras no es suficiente, se trata de crecer con responsabilidad, con cohesión territorial y con resiliencia, y eso requiere planificación, gobernanza y una colaboración real entre lo público y lo privado.

La sostenibilidad medioambiental es ineludible: reducir emisiones, apostar por la eficiencia energética y proteger nuestros recursos naturales. Pero tan importante como eso es la sostenibilidad social: ofrecer empleo de calidad, mejorar la formación, atraer talento, integrar a las comunidades locales y reforzar el orgullo de pertenencia. También lo es la sostenibilidad económica y tecnológica, que garantice empresas competitivas, innovadoras y capaces de adaptarse a un viajero cada vez más informado y exigente. Y, de forma creciente, la sostenibilidad significa también garantizar la convivencia entre la oferta turística y el acceso a la vivienda, asegurando marcos regulatorios equilibrados que eviten tensiones sociales y refuercen la confianza de los ciudadanos en el sector.

Permítanme detenerme en la conectividad y la movilidad, pilares esenciales para entender el presente y el futuro del turismo en nuestro país. España no sería la potencia turística que es sin sus aeropuertos, su red ferroviaria, sus puertos, sus carreteras y su transporte urbano. Pero la movilidad no es un fin en sí mismo: es la condición para que todos los territorios participen en los beneficios del turismo y para garantizar la accesibilidad no solo a los destinos turísticos, sino también a la propia población residente, que necesita desplazarse con solvencia y comodidad en su vida cotidiana. Asegurar esta movilidad de forma sostenible y con visión de futuro —apostando por combustibles más limpios, innovación tecnológica, intermodalidad y planificación urbana— es clave para el desarrollo, la cohesión y, en última instancia, el bienestar de todos.

El turismo, además, debe fortalecer su reputación. Hemos asistido en los últimos meses a discursos que cuestionan su aportación, simplificando una realidad mucho más rica y compleja. Frente a ello, debemos insistir en que el turismo no es un problema, sino parte esencial de la solución: financia servicios públicos, sostiene escuelas y hospitales, revitaliza pueblos, preserva tradiciones y proyecta al mundo una imagen moderna y abierta de nuestro país. La actividad turística, al dinamizar la economía local y generar recursos, contribuye también a mantener el territorio vivo y protegido, lo que resulta clave en un país que cada año se enfrenta con mayor frecuencia a sucesos climatológicos extremos. Defender el turismo es defender empleo, cohesión y reputación internacional. Y no podemos permitir que se erosione el prestigio de un sector que tanto aporta a nuestra sociedad.

Europa nos abre también una ventana de oportunidad. La designación del primer comisario europeo de Transporte y Turismo y la elaboración de una estrategia común sitúan al sector en el lugar que merece. Desde el Consejo de Turismo de CEOE hemos defendido, en el dictamen del Comité Económico y Social Europeo impulsado por nuestra organización, que la sostenibilidad debe ir de la mano de la competitividad. Reivindicamos que la transición verde y digital del turismo sea acompañada de recursos, incentivos y seguridad jurídica, no de más cargas y barreras.

España ha llegado hasta aquí porque ha sabido trabajar con visión de futuro, con empresarios que arriesgaron, con profesionales que hicieron del turismo su vida y con destinos que se reinventaron una y otra vez. Ese legado nos obliga a no conformarnos. Debemos cuidarlo, reforzarlo y mejorarlo. El turismo no puede ser visto como una mera fuente de ingresos coyunturales, sino como una prioridad de país, una industria estratégica que garantiza prosperidad, cohesión y proyección internacional.

Por todo ello, desde el Consejo de Turismo de CEOE queremos subrayar con claridad que el sector no necesita discursos abstractos, sino reglas claras, estabilidad regulatoria y un relato justo que reconozca su aportación real. Nuestra prioridad es que el turismo siga generando oportunidades en cada territorio, garantizando movilidad sostenible, convivencia equilibrada una reputación a la altura de su relevancia económica y social. Porque el turismo no es solo una de nuestras principales industrias: es también una seña de identidad y un activo estratégico que España no puede permitirse poner en riesgo.

Artículos relacionados