La empresa ha dejado de cotizar en Bolsa tras el anuncio a la CNMV, en el que Abengoa ha asegurado que “continuará el proceso de negociación con sus entidades acreedores” con el objetivo de garantizar la viabilidad financiera del grupo.
Abengoa, que perdió hasta septiembre 194 millones de euros, recibió el golpe de gracia cuando la banca se negó a inyectar nuevos fondos en la compañía para atender los vencimientos de deuda, condición puesta por Gestamp para participar en la ampliación de capital.
Bono basura
La facturación de Abengoa se redujo un 3,8% en los primeros nueve meses de este año, hasta los 4.873 millones de euros y su beneficio operativo solo alcanzó los 529 millones, un 12,3% menos que un año antes. Por eso la agencia de calificación Moody’s advirtió la semana pasada que el grupo tenía “insuficiente disponibilidad de liquidez” y rebajó su rating al bono basura.
La empresa, con 24.748 empleados, está especializada en el negocio de las instalaciones solares y se vio perjudicada por la supresión de las primas a las renovables aprobada por el Gobierno en 2010.