A pesar de su naturaleza adictiva , los opioides siguen siendo un tratamiento importante para el dolor debido a la falta de alternativas efectivas. En un esfuerzo por impulsar nuevos medicamentos, la FDA publicó la semana pasada nuevas directrices para analgésicos no opioides. Sin embargo, la fabricación de estos fármacos no ha sido fácil. Vertex Pharmaceuticals recibió la aprobación de la FDA para su medicamento no opioide Journavx en enero, y posteriormente abandonó un fármaco de nueva generación tras un ensayo clínico fallido a principios de este verano. Acadia también abandonó un candidato prometedor tras un ensayo clínico fallido en 2022.
Una posible base para los no opioides podría ser el cannabis. A principios de este año, investigadores de la Universidad de Washington en San Luis y de Stanford publicaron un estudio que demostraba que un compuesto derivado del cannabis aliviaba eficazmente el dolor en ratones con efectos secundarios mínimos.
La farmacéutica Vertanical, con sede en Múnich, es quizás la que más ha avanzado en esta búsqueda. Está desarrollando un extracto a base de cannabinoides para tratar el dolor crónico, que espera que pronto se convierta en un medicamento aprobado, primero en la Unión Europea y, con el tiempo, en Estados Unidos. El fármaco, actualmente llamado Ver-01, contiene suficientes niveles bajos de cannabinoides (incluido el THC) para aliviar el dolor, pero no tanto como para que los pacientes experimenten un efecto psicoactivo. Su fundador, Clemens Fischer, médico de 50 años y emprendedor en serie en el sector farmacéutico y de suplementos, espera que se convierta en el primer analgésico a base de cannabis recetado por médicos y cubierto por un seguro médico.
Fischer fundó Vertanical, junto con su socia Madlena Hohlefelder, en 2017 y ha invertido más de 250 millones de dólares de su propio bolsillo. Con un centro de cultivo de cannabis y una planta de fabricación de fármacos en Dinamarca, Vertanical ha superado con éxito los ensayos clínicos de fase III en Alemania y espera una decisión de las autoridades alemanas y austriacas a finales de este año. Hasta el momento, los datos son prometedores: su fármaco ha demostrado ser más eficaz que los analgésicos opioides, con menos efectos secundarios y sin evidencia de adicción. Espera iniciar ensayos de fase III en EE. UU. en 2026. «Creemos que seremos el primer tratamiento del dolor crónico sin opioides a nivel mundial», afirma Fischer.
