La mayoría de mis reportajes de aventuras se centran en lo extremo: vuelos supersónicos en aviones de combate, coches de carreras a más de 320 km/h, escaladas a picos famosos como el Cervino y el Kilimanjaro. Mi reciente visita a Normandía, Francia, fue diferente, principalmente revisitando la historia de la Segunda Guerra Mundial, narrada en mis dos primeros relatos (enlaces abajo).
En esta tercera parte de la serie, exploraremos el lado más tranquilo de Normandía. «Hay mucho más que campos de batalla y cementerios», dice Kathy Coleman Wood, propietaria de European Experiences, quien ha organizado tours en Francia durante las últimas dos décadas.

Primero, comencemos con la ciudad de Bayeaux, ubicada en el centro de Normandía y sorprendentemente intacta por la carnicería de la Segunda Guerra Mundial. Sirviendo como campamento base para los tours de Wood, permite alojarse en un hotel durante todo el viaje mientras se realizan excursiones de un día a los distintos lugares turísticos.
El hotel donde nos alojamos, Le Lion d’Or, es acogedor y cuenta con una rica historia. Entre los huéspedes famosos se encuentran Tom Hanks y Steven Spielberg durante el rodaje de «Rescatando al soldado Ryan», la película de 1998, ganadora de varios premios Óscar, que narra gráficamente la invasión aliada de Normandía. El presidente Dwight D. Eisenhower y el escritor Ernest Hemingway también se han alojado en el hotel.

También hay castillos medievales. Uno de ellos está en Falaise, cuna de Guillermo el Conquistador. Los visitantes pueden subir a la cima de la torre, de 32 metros de altura. La vista de la ciudad, destruida en un 80 % por la guerra y ahora prácticamente reconstruida, es impresionante.
También hay plantaciones de manzanas en Normandía. Visitamos una familiar que produce las famosas bebidas de la región: zumo de manzana, sidra, pommeau y calvados.

También hay granjas lecheras, cuya leche se utiliza para producir quesos por los que Normandía es famosa: Neufchâtel, Pont-L’Évêque, Camembert y Livarot. También sorprende ver las máquinas de ordeño robóticas en las que la granja ha invertido para optimizar la producción de leche.
Los lectores de Forbes conocerán el Château de Balleroy, adquirido a principios de la década de 1970 por Malcolm Forbes y posteriormente restaurado. Forbes lo vendió hace unos años a un amigo de la familia Forbes, el filántropo Roy T. Eddleman.
Por supuesto, hay abundante decoración con globos aerostáticos por todas partes, ya que Malcolm era un entusiasta de los globos aerostáticos. También hay un pintoresco dormitorio con la cama donde dormía la actriz Elizabeth Taylor cuando visitaba el castillo.

Otro lugar de interés visitado fue el Château de Brécy, con un jardín del siglo XVII bien cuidado, con árboles y vegetación. Y, por supuesto, no te pierdas la magnífica gastronomía francesa de Normandía, como el pato a la prensa y los quesos ya mencionados.
En resumen, este tour te sumergirá no solo en la historia de la Segunda Guerra Mundial, sino también en el encanto cultural de Normandía. Merece la pena visitarlo.
