Septiembre promete nuevos comienzos con nuevas rutinas, agendas apretadas y la prisa por alcanzar las metas de fin de año. Pero también puede provocar agotamiento antes incluso de que haya alcanzado su ritmo. Pensar en una lista interminable de tareas puede llevar a algunas personas muy competitivas a la parálisis. Si a esto le sumamos los días más cortos del otoño, tenemos la receta perfecta para la depresión posverano.
Si te sientes apático o desmotivado después del verano, no estás solo. Muchos profesionales experimentan la «tristeza del final del verano», ya que la transición de las jornadas largas y desorganizadas a las exigencias del otoño deja incluso a los profesionales más ambiciosos estancados.
Tanto si necesitas empezar a impulsar tu carrera, avanzar en un proyecto personal o reavivar los objetivos estancados que te fijaste a principios de año, la clave es posicionarte activamente para ganar, incluso cuando no te sientas inspirado.
Aquí tienes tres estrategias que te ayudarán a recuperar la concentración, recargar energía y posicionarte para alcanzar el éxito en cualquier época del año. Tanto si vas a volver a la oficina, como si estás abordando proyectos del cuarto trimestre o simplemente intentando superar la confusión de septiembre, estas prácticas pueden ayudarte a recuperar el ritmo.
1. Rodéate de personas que ya estén motivadas
La energía de los demás es contagiosa. Cuando te sientas sin inspiración, rodéate de personas que ya estén en movimiento.
Piensa en ello como una corriente en el océano: cuando te alineas con personas que avanzan hacia un objetivo común, su impulso te lleva hacia adelante. Ya sea uniéndote a un grupo, asistiendo a un taller o trabajando junto a alguien que te inspire, alimentarte de la energía de los demás puede impulsar tu progreso y tu motivación.
2. Colócate en un entorno que te motive
A veces, el simple hecho de estar presente es suficiente para desencadenar la acción. Aunque no te sientas motivado, situarte físicamente en el lugar donde puedes alcanzar tus objetivos puede marcar la diferencia.
Según el concepto psicológico de activación conductual, la acción adecuada puede desencadenar la motivación. En lugar de esperar a que tus emociones te lleven a actuar, este concepto sugiere que cuando cambias tu comportamiento, puedes cambiar tus emociones. Esto puede significar sentarte en tu escritorio antes de sentirte listo para escribir o atarte las zapatillas aunque no te sientas físicamente preparado para correr.
Pregúntate: ¿Te estás poniendo en un ambiente donde tus metas pueden crecer? Si estás trabajando en un proyecto creativo, ve a tu lugar de trabajo. Si te enfocas en estar en forma, ve al gimnasio o a correr. Aunque no te sientas listo para lanzarte, estar en el lugar correcto y moverte en la dirección correcta puede encender la motivación que te falta.
3. Llena tu despensa con los ingredientes para el éxito
La motivación, al igual que una buena comida, depende de los ingredientes adecuados. Reflexiona sobre lo que te ha funcionado en el pasado: ¿qué herramientas, rutinas o condiciones te ayudaron a alcanzar grandes objetivos? Ten esos elementos a mano.
Piensa en los ingredientes del éxito como los condimentos de tu despensa: no esperarías que un plato supiera bien sin tus especias favoritas. Mantén tus «condimentos» siempre a mano. Averigua qué significa eso para ti: si es encontrar un horario estructurado, herramientas específicas o tu entorno creativo favorito que siempre te ayuda a sentirte más preparado para ponerte a trabajar.
Estas tres sencillas estrategias de rodearte de personas motivadas, poscionarte en el entorno adecuado y abastecerte de las herramientas para tu éxito pueden ayudarte a acercarte a tus objetivos en cualquier época del año.
