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Nautik Magazine

El mítico Tuiga (1909) desarbola en un temporal con rachas de 53 nudos

El Tuiga arriba al puerto de Mahón tras desarbolar. @Nico Martínez
por Nacho Gómez28 agosto 202528 agosto 2025Tiempo de lectura 4 minutos

Jornada durísima en la Copa del Rey Repsol de barcos de época. Un monumental temporal con rachas que superaron los 53 nudos de viento alcanzó de pleno a la flota en una mezcla de imágenes tan dramática como bella. Dramática porque las consecuencias fueron desastrosas por los desperfecto que causó en la flota, pero bellísima desde el punto de vista estético al ver cómo estas joyas del mar luchaban por su supervivencia en un entorno dantesco.

La flota, ansiosa por competir tras la suspensión de la jornada anterior, afrontó un recorrido breve pero intenso con salida y llegada en el puerto natural de Mahón, uno de los escenarios más espectaculares del Mediterráneo. Bajo un cielo cubierto y pesado, las 49 embarcaciones clásicas y de época desplegaron sus velas rumbo a la bocana de la rada, ofreciendo una estampa pocas veces vista en las dos décadas de historia de la regata.

Pero esa calma tensa y cargada de electricidad no era un simple telón de fondo. Cuando parte de la flota había cruzado ya la línea de llegada y se encontraba a salvo en su amarre, un chubasco descargó con violencia en las inmediaciones de Punta Prima. La lluvia torrencial y las rachas de viento sorprendieron a los Big Boats en plena singladura, golpeándoles con dureza. Los barcos de mayor eslora habían tomado la salida en último lugar y su recorrido incluía dejar la Isla del Aire por estribor, de modo que se encontraban fuera de la protección del puerto cuando la tormenta alcanzó su mayor intensidad. El FI15 Tuiga (1909), buque insignia del Yacht Club de Mónaco, sufrió la desarboladura de su aparejo trapezoidal, mientras el Lady Anne (1912), de la misma clase, rompió el botalón y la cruceta de estribor. La Copa del Rey Repsol de Barcos de Época ha terminado para ambas embarcaciones. La noticia positiva es que los incidentes se saldaron sin daños personales. Ante esta situación, el Comité de Regatas optó por suspender la competición de los Big Boats y aplicar una reparación a los barcos de las restantes clases que no habían cruzado la línea de llegada y que se vieron afectados por la entrada del frente.

El Mariska (1908) y el Cariad (1896), los otros dos Big Boats en liza, salieron prácticamente indemnes del chubasco, aunque también los alcanzó de pleno. Jean-Michel Rouve, jefe de tripulación del Cariad, explicó que el equipo era consciente de que quizás les iba a tocar capear la tormenta: “Sabíamos que el parte era complicado porque teníamos el aviso oficial, pero la fuerza del viento ha sido superior a la prevista”, afirmó Rouve, que añadió: “Nos hemos encontrado con un pico de 53 nudos llegando a la Isla del Aire. Hemos pasado momentos bastante duros, que hemos superado gracias a que tenemos una tripulación que escucha y sabe mantener la calma”.

El navegante Pachi Rivero, patrón del Barlovento, con experiencia en grandes regatas oceánicas y líder en la clase Espíritu de Tradición, reconoció la dificultad de tomar decisiones por parte de la organización cuando la meteorología es tan inestable –“optar por un recorrido u otro, saber cuándo hay que acortar…”– y no dudó en celebrar su buena fortuna por haber terminado la regata muy poco antes de que cayera la tromba de agua: “Nosotros hemos tenido la suerte de arriar la mayor nada más cruzar la línea de llegada”.

En la vertiente puramente deportiva, el Spartan (1913) se impuso en la categoría Época Cangreja (barcos anteriores a 1950 con aparejo trapezoidal). Tras él entró el Rowdy (1916), de la armadora Dona Dyer, que logró batir a su gemelo Chinook (1916) en el particular duelo de los NY40 diseñados por Herreshoff. Entre los Época Bermudiana (anteriores a 1950 con aparejo triangular) brilló el Amorita (1937), de Claudio Mealli, que cruzó la meta por delante del Santana (1936), barco que perteneció al actor Humphrey Bogart y que patronea Wendy Smith, y del Baruna (1938), de Tony Morse.

En Clásicos, el triunfo fue para el Argos (1964), de Bárbara Trilling, uno de los barcos más laureados de la historia de la Copa del Rey Repsol, que se impuso al Mowgly (1965), de Patrick Harris, y al Clarionet (1966), armado por Andrey Harvey. Por su parte, en Espíritu de Tradición dominó el Barlovento (1975), con Pachi Rivero a la caña, que lideró por delante del Celeste di Mare (1971), patroneado por Félix Comas, y del Happy Forever (2008), de Christian Oldendorff.

Etiquetado:
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