Cinco tonos para cinco relojes nuevos, porque el otoño también puede ser colorido

Desde el pistacho sutil del Oyster Perpetual 41 hasta el lavanda sereno del Seamaster Aqua Terra 150 MM, pasando por el naranja energético del Defy Chronograph USM, el nácar poético del PrimaLuna Moonphase y el amarillo del Anatom Automatic que completa la paleta, esta selección usa el color como herramienta de estilo. Son piezas pensadas para acompañar nuestra rutina diaria en la nueva estación.

Verde pistacho

Este año, Rolex ha presentado una versión de su Oyster Perpetual 41 que apunta al armario de quien busca discreción con carácter, pues introduce un color pastel que lo moderniza sin estridencias. Es el verde pistacho mate, que se ha obtenido mediante varias capas de laca. Ilumina sin resultar chillón, crea una textura más fresca para un modelo atemporal y es lo suficientemente neutro como para lucirlo en la oficina.

Lavanda sereno

Parte de la línea Seamaster Aqua Terra 150 MM de 30 mm de Omega, esta incorporación combina femineidad y técnica, con un movimiento desarrollado específicamente para esta caja (no se trata, pues, de una mena miniaturización) que cuenta con la certificación de Master Chronometer del Instituto Federal Suizo de Metrología, Metas, que avala su alta precisión. La esfera, en color lavanda, cepillada en sol y tratada con laca tintada, juega con la luz para ofrecer un tono que cambia según la inclinación.

Naranja energético

He aquí una colaboración entre la relojera suiza Zenith y su compatriota, la firma suiza de mobiliario USM. Ambas han alumbrado el Defy Chronograph USM, un cronógrafo de alta frecuencia que traduce la estética modular de los muebles USM al lenguaje de la relojería. La silueta octogonal y el bisel de catorce facetas de acero acentúan su carácter arquitectónico, mientras que los pulsadores tipo pump y el brazalete remiten a los años sesenta. En este caso, la esfera es naranja.

Azul poético

Inspirado en la forma de la luna y rematado con un bisel engastado de 48 zafiros en degradado azul, el PrimaLuna Moonphase de Longines parece pensado para quienes buscan presencia sin estridencias. Destaca la esfera de nácar azul celeste, puntuada por 14 diamantes. Bajo la tapa late un movimiento automático con una generosa reserva de marcha de 72 horas. A la complicación de fase lunar se suma la fecha.

Chute de amarillo

No hay muchos relojes mecánicos amarillos en el mercado. Éste de Rado es un Anatom Automatic, un ejemplar rectangular de la colección que vio la luz en 1983 y que ahora se ha teñido de este color. Su caja original de 32,5 mm, de metal duro, se ha sustituido por cerámica de alta tecnología y acero con revestimiento PVD, mientras que la correa es de caucho.