Deutsche Bank ha cerrado el tercer trimestre con pérdidas por valor de 6.000 millones de euros. La entidad, que ha calificado las cuentas de “extremadamente decepcionantes”, ha atribuido los resultados a un aumento de provisiones y ha anulado el dividendo que tenía previsto abonar a sus accionistas.
Los resultados del banco alemán han sufrido las depreciaciones de 5.800 millones de euros que ha registrado la banca de inversión entre julio y septiembre. Sumadas a las provisiones, que han alcanzado los 7.600 millones de euros en este periodo, han dejado las cuentas de la entidad financiera en números rojos.
Con la decisión tomada por los responsables de Deutsche Bank, será la primera vez desde los años 50 que el banco no pagará a sus accionistas. La supresión del dividendo forma parte de un plan de reestructuración que durará dos años. El copresidente de la entidad, John Cryan, ha anunciado que recortará en 9.000 empleos la plantilla. Los ingresos del banco germano han crecido en lo que va de año hasta los 26.883 millones de euros, un 11,5% más que entre enero y septiembre de 2014.