Best Content Creators

Forbes Best Content Creators 2025 | Nil Ojeda: crear para contarlo

A sus 26 años, este creador de contenido ha convertido sus inquietudes y su vocación en milfshakes, un negocio muy rentable. Parte de su éxito radica en ser libre y en planificar sus objetivos a largo plazo y a golpe de ‘drop’.

Stay Busy. Nil Ojeda (Les Masies de Voltregà, Barcelona, 1998) se tatuó hace años esa frase en el antebrazo para recordarse que, cuando uno no sabe qué hacer, lo mejor es ocupar la mente con algo. Un propósito. Una idea. Un plan. “Es uno de mis lemas junto a – Think + Do: menos pensar y más actuar”, añade este creador de contenido y empresario señalando ese tatuaje en otro brazo. Esa especie de mantras han marcado su recorrido de manera progresiva durante los últimos diez años y han moldeado buena parte de su identidad, convirtiéndolo en uno de los creadores de contenido más creativos e influyentes de su generación.

Si eres de los pocos que aún no sabes de quien hablamos, conviene que eches un vistazo en YouTube o cualquier otra de sus plataformas a su serie 21 días (…entre millonarios, …sin gastar dinero; por poner dos ejemplos muy virales), en la que lleva al límite esas ideas disparatadas con humor y autenticidad. Cuenta con otros hitos, como haber conocido a MrBeast, uno de los mayores referentes del sector y el youtuber con más seguidores del mundo, que hicieron crecer su propia comunidad. Nil ha demostrado un talento innato para conectar con la audiencia y convertir esa influencia en proyectos sólidos. Desde hace tres años, por ejemplo, está al frente de MilfShakes, una especie de agencia creativa desde la que lanza colaboraciones –sus famosos drops–, productos y experiencias que cruzan el mundo digital con el físico, posicionándose como un emprendedor con visión, intuición y una narrativa propia.

Pero para perfilar su trayectoria y entender a este joven emprendedor también hay que remontarse a sus primeros vídeos en YouTube, cuando tenía 16 años: en ellos se veía a un adolescente menudo e inquieto haciendo reviews de teléfonos móviles o dando saltos con su scooter en Sant Hipòlit, un pueblo de poco más de 3.000 habitantes en la comarca de Osona, donde sus padres trabajaban en el sector de la construcción. Nil recuerda que su mejor regalo de cumpleaños fue un banco de herramientas con el que pasaba horas trasteando y reparando lo que fuera. Entonces se imaginaba un futuro como ingeniero robótico. Y aunque en la familia, dice, no había un interés especial por contar historias, ser hijo único le permitió aburrirse lo suficiente para despertar su faceta más creativa.

En aquellos años de instituto, donde se recuerda como un chico normalito: “No era el quarterback enrollado ni tampoco el más callado; si acaso, el que en clase hacía bromas en voz baja y se reían los que estaban a mi alrededor. Dentro de lo que cabe he tenido una infancia bastante guay”, confiesa a Forbes.

En aquella época estudiantil, Internet le descubrió algunos de los youtubers que más tarde marcarían su vida: “Me interesaban sobre todo los creadores de contenidos americanos, pero hay uno que para mí fue esencial, Casey Neistat. Un tipo que se fue a vivir a Nueva York y estuvo vlogueando –blogs en vídeo– su día a día durante tres años. Yo llegaba a casa con ansias de verlo y siempre me sorprendía. Me parecía un ‘superhumano’, porque era padre, trabajaba, editaba él mismo sus vídeos… era mi inspiración. Y pensé: ‘Si este tío lo está haciendo, yo también quiero intentarlo”.

Por supuesto, lo hizo. “Creo que uno de los mayores problemas entre los chavales está en no atreverse a dar el salto o pensar en el qué dirán. Yo también tuve esa época de darle a todo».

Lee la entrevista completa en nuestra edición impresa de septiembre.