Los Museos Vaticanos anunciaron que la obra maestra de Miguel Ángel, El juicio final, será restaurada a principios de 2026. Esta intervención extraordinaria durará tres meses y busca proteger el famoso fresco de los efectos del paso del tiempo y de la visita de millones de personas.
Para llevar a cabo la restauración, se instalará un andamio que cubrirá toda la pared del altar de la Capilla Sixtina. Este andamio permitirá que hasta 12 especialistas trabajen al mismo tiempo en diferentes plataformas. La restauración se realizará con el máximo cuidado para garantizar que la obra siga siendo accesible para los visitantes lo antes posible.
Un nuevo director al frente de la iniciativa
Esta ambiciosa restauración estará liderada por Paolo Violini, el nuevo director del laboratorio de restauración de pinturas y materiales de madera de los Museos Vaticanos. Violini, que ha trabajado en las colecciones papales desde 1988, trae consigo décadas de experiencia en la conservación de obras de arte invaluables, incluyendo los frescos de Rafael en el Palacio Apostólico.
El enfoque del Vaticano para la restauración es único: se trata de una labor que va más allá de la simple limpieza. Como explica Violini, su trabajo es «como la medicina», ya que no solo reparan lo que es visible, sino que buscan preservar la esencia espiritual e histórica de la obra. Es una filosofía que prioriza la continuidad, pasando el conocimiento de una generación de restauradores a la siguiente para asegurar que el legado artístico del Vaticano se mantenga vivo.
Además de El Juicio Final, el equipo de restauración está inmerso en otros proyectos de gran escala, como la restauración de la Loggia de Rafael. Estas iniciativas demuestran el compromiso del Vaticano con la conservación de lo que consideran «un patrimonio de la humanidad».
