El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha puesto oficialmente a la venta uno de los símbolos más visibles de la presión internacional sobre los oligarcas rusos: el superyate Amadea. La embarcación de 106 metros de eslora, valorada en 325 millones de dólares (278 millones de euros), fue incautada en Fiyi en 2022 a instancias de Washington y pertenecía al multimillonario sancionado Suleiman Kerimov.
Desde entonces, el lujoso yate ha permanecido bajo custodia del Gobierno estadounidense, que ha asumido una factura de mantenimiento cercana a los 7 millones de dólares anuales. Con la vía legal despejada tras un fallo de un juez federal, las autoridades buscan desprenderse de lo que se ha convertido en un costoso activo inmovilizado.
Un palacio flotante
El Amadea cuenta con seis cubiertas, ocho camarotes de lujo, gimnasio, spa, piscina, tres embarcaciones auxiliares y helipuerto. A su interior se suman mármoles italianos, lámparas de cristal, tapicería de terciopelo rojo y detalles que reflejan la exuberancia de la náutica de ultralujo. No está confirmado si piezas como un piano de media cola o una colección privada de coñac forman parte de la venta o si se consideran accesorios de decorado.
Un mercado restringido
Con un precio estimado de 325 millones de dólares, el mercado potencial es reducido: apenas unos pocos centenares de posibles compradores en el mundo. No se descarta que entre ellos figuren empresarios rusos operando a través de sociedades pantalla, una práctica que ya ha generado litigios en tribunales internacionales contra este tipo de confiscaciones.
El yate se exhibirá en Pier Street B, en San Diego, donde los interesados podrán presentar sus ofertas antes del 10 de septiembre. La subasta se celebrará a puerta cerrada, en línea con la discreción que exige un activo de este calibre. Con esta operación, el Gobierno de Estados Unidos busca recuperar parte de los costes asociados al mantenimiento del superyate.











