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Hablamos con la millonaria Marina Dodero, íntima de Christina Onassis: “Bebía más de 25 Coca-Colas al día y era adicta a las patatas fritas”

La que fuera la confidente de  Christina Onassis, la heredera más importante del siglo XX, desgrana sus secretos en su libro “Mi vida con Christina Onassis”.

Marina Dodero con Christina en Skorpios en una imagen de principios de los 80. Foto cedida
por Gustavo Egusquiza8 agosto 202511 agosto 2025Tiempo de lectura 10 minutos

Marina Dodero (Buenos Aires, 1952) sabe muy bien que la muerte no acepta propinas y es una figura discreta pero fundamental en la crónica íntima de Christina Onassis, la heredera que vivió marcada por la tragedia y el peso del apellido familiar.

Nacida en Buenos Aires, en una familia griega arraigada en la tradición helena, Marina estudió en Cygnets House, uno de los colegios más selectos del Reino Unido, donde coincidiría con futuras reinas y princesas. Conoció a Christina en 1966 y desde ese momento nunca se separaron.

Compartieron travesías en el célebre yate Christina, temporadas en Skorpios, e inviernos en St. Moritz y Marina fue testigo excepcional de los momentos más luminosos y oscuros de la familia Onassis: la muerte del hermano de Christina, Alexander Onassis, la depresión de Christina tras la muerte de su madre y padre, y la solitaria infancia de la hija de Christina, Athina, a quien todavía después de todos estos años sigue sin ver.

La trágica vida  de Christina Onassis

Christina fue la mujer más rica de su tiempo, pero su vida estuvo envuelta en soledad, escándalos y pérdidas constantes. Sus padres se separaron tras la infidelidad de Aristóteles Onassis, lo que la marcó para siempre. Christina se casó y divorció cuatro veces; luchó con su peso, su salud y con la percepción pública de “niña rica y caprichosa”. La muerte la sorprendió en 1988, a los 37 años, en la casa de Marina Dodero, en el exclusivo Tortugas Country Club de Buenos Aires. Fue Marina quien encontró su cuerpo sin vida.

Christina bebía más de 25 Coca-Colas al día, era adicta a las patatas fritas y vivía obsesionada por su peso, abusando de pastillas para adelgazar y de antidepresivos. Estaba a punto de casarse con su quinto marido, con Jorge Tchomlekdjoglou, empresario de origen griego y hermano de Marina. Dejaba una fortuna de 2.500 millones de dólares y una hija de tres años, Athina.

Quince años antes, había perdido a toda su familia. Su único hermano, Alexander Onassis, murió a los 24 años tras sufrir un accidente con su avioneta. Su muerte propició una especie de tragedia griega. Su padre, el magnate Aristoteles Onassis nunca superó su muerte y falleció dos años después que su hijo. Su madre, Athina, falleció en 1974 por una sobredosis de barbitúricos, muy afectada también por la pérdida de Alexander.

Recuerdos, libro y legado

A pesar del tiempo transcurrido, Dodero ha decidido compartir su experiencia vital en un libro homenaje titulado Mi vida con Christina Onassis (editorial La Esfera de los Libros), buscando retratar la humanidad, la generosidad y sobre todo la sensibilidad de su amiga. Dodero, con la ayuda del periodista Rodolfo Vera Calderón, coautor del libro, muestran a la auténtica Christina: una mujer capaz en los negocios, sensible ante el sufrimiento y brillante en la filantropía, pero atormentada por su entorno.

Fuiste amiga de Christina Onassis, os conocisteis muy jóvenes. ¿Cómo fue vuestro primer encuentro?

Nos presentó su tía Artemis que se había instalado en Punta del Este para pasar el verano. Un día invitó a su sobrina y me la presentó. Recuerdo que Christina llevaba un pañuelo rosa en la cabeza y bañador de color negro. Lo primero que me impresionó fue la piel que tenía. Después nos pusimos a charlar y hubo un “clic” muy lindo entre nosotras; ella tenía 17 y yo 15 años… Recuerdo que luego hubo un almuerzo y, por la noche, me llamaron para decirme que Christina quería verme. Así empezó nuestra relación. Ella no era pretenciosa, estaba feliz de venir a mi casa. Montábamos mucho a caballo en Punta del Este. Le gustaba bajar a la playa con el caballo y pasear en el barco. Era una persona muy normal.

Album personal de Marina Dodero: Una de las fotos favorita de Christina y yo tomada en St. Moritz. Años 80.

Christina tuvo subidas y bajadas extremas de peso durante su vida, e ingresó varias veces en clínicas como la Buchinger en Marbella. ¿Crees que a lo largo de su vida sufrió de ansiedad?

¿Cómo no iba a sufrir ansiedad? Perdió a toda su familia: la muerte de su hermano Alexander y después la de su padre, fueron muy seguidas. Su madre también murió en ese mismo periodo de tiempo. Padre, madre y hermano murieron en un lapso de tres a cinco años.

¿Los conociste a todos?

Sí, conocí a toda la familia Onassis.

¿Cómo era la relación entre Christina y su hermano Alexander ? ¿Y entre Christina y su padre?

Christina quería a  su hermano mucho, pero ellos no estaban juntos. Cuando los padres se separaron, el papá se llevó a Alexander y la mamá a Christina, por lo que vivieron vidas muy diferentes. La madre vivía en Londres, y era una mujer muy cosmopolita, coleccionaba cuadros de artistas como Monet; el padre vivía en Montecarlo con Alexander y Paris. La mamá de Christina tenía una personalidad muy diferente a la de su padre. Pero, en el fondo, los dos hermanos se querían mucho y Christina quería mucho a su padre.

Album personal de Marina Dodero: Christina y su padre, Aristóteles Onassis, el 24 de enero de 1973, un día siguiente de la muerte de Alexander.

¿Crees que el gran amor de la vida de Aristóteles Onassis fue María Callas?

Sí, él se casó con la mamá de Christina, y después, la mujer que realmente amó fue María Callas. No era un hombre de tener múltiples affaires. Aristóteles adoraba a María Callas y fue la mujer de su vida.

¿Crees que, con el tiempo, Aristóteles Onassis se habría arrepentido y quizás hubiera elegido casarse con María Callas?

No sé si se habría casado, pero ella lo quería mucho y murió muy rápido después de la muerte de Aristóteles. Eso es lo que puedo decir.

Aristóteles Onassis fue un hombre hecho a sí mismo, partió de la nada y llegó a ser el hombre más rico del mundo. ¿Cómo era en las distancias cortas ?

Tenía una inteligencia increíble. Todo lo observaba y estudiaba. Por ejemplo, se fijaba en un insecto que tenía alitas — si no sabía cómo caminaba, lo agarraba para estudiarlo. Era muy observador con todo. Tenía un carisma único, no era glamuroso, pero su vida lo convirtió en alguien único. Imagínate un hombre que empieza de la nada y se convierte en el hombre más rico del mundo.

¿Y qué crees que fue lo que hizo que se convirtiera en el hombre más rico del mundo?

Su inteligencia fuera de serie, su observación constante y su carisma. Nunca hubo nadie que lo pudiera superar. Hoy en día, nadie habla de Bill Gates como se hablaba de Onassis.

¿Fue Christina una mujer feliz?

A veces sí y a veces no. No supo elegir bien sus parejas. Su primer marido John Volker fue un capricho; quiso irse de casa, luego se casó en Las Vegas con un hombre mucho mayor que ella. El Papa llamó por teléfono a mi padre, le pidió que la convenciera para que volviera, porque justo iba a cumplir 21 años y recibir una  buena suma de dinero de la herencia. Después se casó con Alexander Andreadis, un matrimonio arreglado que no duró ni un año. Sus maridos fueron su talón de Aquiles

Album personal de Marina Dodero: 17 de marzo de 1984, el día en que Christina y Thierry se casaron en la sede del Ayuntamiento de París. Enfundada en un traje impoluto blanco de Dior, ese día Christina se dejo peinar y maquillar, algo excepcional en ella, ya que jamás dejaba que le tocaran la cara. A un lado de Thierry, está sentada su madre, Francine Grinda. Debo confesar que estaba linda. Para la ocasión, elegí un tailleur blanco con lunares negros de Jean-Louis Scherrer, que combiné con un panamá y guantes de cuero negros (no por nada, pero hoy veo la foto de aquel día y me doy cuenta de que era la más canchera).

¿Cómo recuerdas a Christina? ¿Qué fue lo que unió esa amistad? Ya han pasado 37 años desde su muerte, ¿cómo la recuerdas?

La recuerdo como el primer día, muy bien. Con el tiempo recuerdo las cosas lindas y olvidas las feas. Sólo recuerdo los momentos divinos que pasé con ella.

Christina fue hallada muerta en tu casa de Tortugas.

Sí, la encontré yo.

¿Por qué mandaste realizar su autopsia?

Sí, porque tenía miedo. La encontré en la bañera y pensé que tal vez podrían culparme por algo que le di al último momento. Por eso mandé hacer la autopsia, para evitar que me acusaran. Después estuve diez horas con el juez.

¿Crees que hubo gente que se intentó aprovechar de ella?

Sí, hubo amigos que se acercaban por interés pero ella era muy lista y se daba cuenta. Había gente que creía que eran sus verdaderos amigos y le pedían dinero  pero ella nunca les dio dinero.

Me imagino que era una mujer inteligente en los negocios….

Sí, brillante y muy lista. Una vez estábamos en la isla de Skorpios, era muy temprano y yo pregunté dónde estaba Christina. Se había ido temprano a las oficinas en Grecia para ver quién venía a trabajar. Los descubrió a todos.

Christina tuvo una relación fuerte con Marbella; ¿qué le atraía de ese lugar? ¿Por qué decidió pasar tiempo en la Costa del Sol?

Porque allí había conocido a Thierry Roussel, su último marido. A todos los amigos nos encantaba Marbella y Christina pasaba temporadas cuidándose en la clínica Buchinger .

¿Cómo crees que le gustaría a Christina ser recordada?

Yo la recuerdo y creo que el mundo y Grecia la recuerdan porque Christina hizo cosas importantes. Ella puso el dinero para construir la clínica cardiovascular más importante de Grecia; eso nadie lo sabe. Además, en Argentina donó bastante dinero para construir un colegio muy importante, el Colegio Griego “Alexander Onassis”. A mí personalmente me gustaría hablar con su hija y compartir mis recuerdos.

¿Intentaste ponerte en contacto con ella?

Sí, la verdad que sí. La llamé por teléfono a casa pero nunca ha habido manera de ponerme en contacto con ella. Cuando murió Christina, llamé a Gabi, que luego se casó con Thierry. Gabi me dijo que fuera a casa , pero al día siguiente recibí una llamada diciéndome que no fuera porque Thierry no quería que viera a la chica.

¿Crees que su hija ha sido manipulada por su padre?

Sí, claro que sí. Muchas familias viven de Athina.

Album personal de Marina Dodero: Christina bailando con su hija Athina. Mi amiga amaba la música y siempre había bullicio en sus casas, algo que siempre me gustó de ella.
Etiquetado:
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