Pero esto no significa que los jefes no puedan crear un ambiente en el que los empleados se sientas cómodos. De hecho, la mejor parte de ser jefe es ser capaz de construir una experiencia que permita que cada empleado mire hacia atrás con una sonrisa. ¿Por qué? Porque si tienes que pasarte la mayor parte de tus días trabajando, por lo menos que sea en un ambiente interesante y productivo, donde quepa un poco de diversión. Un buen negocio implica un equipo feliz.
¿Cómo crear el trabajo soñado?
Investigadores de Stanford conlcuyeron que uno de los factores clave para vivir una vida significativa era la capacidad de hacer frente a tareas difíciles, incluso aquellas que causan estrés, con el fin de hacer “contribuciones positivas” en el mundo. Esto supone crear puestos de trabajo que permitan a las personas hacer frente a retos y avanzar en su carrera.
A veces hay que pensar que el trabajo es como un juego. A medida que juegas y ganas, vas acumulando habilidades que te permiten llegar a niveles más complejos. Como Mihaly Csikszentmihali describe en su libro Flow: The Psychology of Optimal Experience, la gente quiere estar en una posición en la que puedan llegar a ser mejores en algo. Por eso, es importante encontrar a la persona adecuada para cada trabajo. No tiene sentido contratar a un aspirante a chef cuando lo que necesitas es un mecánico. Contrata a personas que vayan a disfrutar del trabajo que tengan que hacer.
Muchos ejecutivos y directivos dudan a la hora de forjar trayectorias profesionales. No se toman el tiempo necesario en pensar si vale la pena entrenar a alguien para que adquiera las habilidades necesarias para el trabajo. Hay que dedicarle tiempo a orientar a la gente de tu empresa. No solo van a apreciar los desafíos añadidos, sino que van a sentir cómo avanzan dentro de la empresa y eso enriquece su experiencia personal. Recuerda que la movilidad interna no tiene por qué significar la subida hacia arriba.
Por último, hay que promover una cultura que acepte la diversidad, tanto cultural como personal. Si quieres que la gente se sienta como en casa, tienes que preocuparte por crear una cultura de empresa, donde los introvertidos pasen rato con los extrovertidos y donde los científicos se junten con los poetas. Una mezcla de personalidades puede ayudar a estimular el pensamiento y la fortaleza de cada persona.
Existen trabajos ideales porque los creamos. Es solo cuestión de poner a las personas adecuadas en los puestos adecuados y darles las oportunidades adecuadas para crecer.