España se ha consolidado como unos de los destinos líderes del turismo de golf internacional. Con una combinación única de clima favorable, calidad de sus infraestructuras, planta hotelera de calidad y una variada oferta cultural, el país atrae cada año a cientos de miles de golfistas de todo el mundo que no solo vienen a jugar, sino a vivir una experiencia completa en torno al golf.
El turismo de golf en España impulsa no solo el sector turístico sino el conjunto de la economía de nuestro país: un estudio impulsado por la Asociación Española de Campos de Golf y la Real Federación Española de Golf, y realizado por la Fundación IE cuantifica el impacto económico en 2023 en 15.937 millones de euros de impacto directo, indirecto e inducido, generados por 1.401.875 turistas. Estos visitantes generaron un gasto directo de 6.344 millones de euros, una cifra que, al multiplicarse por los efectos indirectos e inducidos, eleva el impacto económico total a 14.152 millones.

Cifras que confirman la importancia del turismo de golf como uno de los pilares clave del turismo de calidad en España y en cuyo desarrollo tiene un rol fundamental la Asociación Española de Campos de Golf, una organización empresarial sin ánimo de lucro que representa a más de 200 campos de golf (un 55% del sector), y que tiene como objetivo principal la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales de los campos de golf.
Más que golf: perfil del turista y sostenibilidad
El atractivo de España para este tipo de turismo va más allá del deporte, y el informe lo contempla adecuadamente. Los golfistas extranjeros que visitan nuestro país valoran especialmente la calidad de los campos, que obtienen una puntuación promedio de 7,6 sobre 10, por encima de competidores como Irlanda (7,3) y Francia (7,2). Otros aspectos como la facilidad para reservar, la atención hospitalaria, la oferta cultural y el entretenimiento también son bien calificados, lo que convierte al país en un destino integral y competitivo.

El turista de golf en España no es un visitante común. Se trata de un perfil de alto poder adquisitivo: casi un tercio declara tener una renta alta, frente al 9,43 % del turista medio. En total, el 61 % de los turistas de golf pertenece a la franja de renta media-alta o alta. Además, su estancia media roza los doce días, un 58 % más larga que la del turista general, lo que incrementa notablemente el impacto económico por visitante.
Uno de los aspectos más destacados del turismo de golf es su contribución a la desestacionalización del turismo, ya que la temporada alta se sitúa entre marzo-abril y octubre-noviembre, lejos del pico de turismo masivo en los meses de verano. Esta distribución ayuda a equilibrar la carga turística y aporta sostenibilidad a la industria.
Desafíos y competencia europea
A pesar del liderazgo actual, el estudio advierte sobre la necesidad de no bajar la guardia. España es hoy el país más visitado por los turistas de golf (42 %), por delante de Irlanda (25 %), Francia (25 %), Portugal (24 %) y Reino Unido (22 %). Sin embargo, en términos de preferencia futura, Irlanda lidera la lista de deseos de los golfistas europeos, con Portugal y Francia pisando los talones a España.

Entre las áreas de mejora, los turistas que aún no han visitado el país valoran negativamente la relación calidad-precio y la calidad de algunas instalaciones. Aunque la percepción general es muy positiva, estos puntos pueden representar amenazas competitivas si no se abordan con rapidez.
El papel clave de la AECG
En este contexto, la labor de la Asociación Española de Campos de Golf (AECG) resulta fundamental. Esta entidad agrupa a gran parte de los campos de golf de España y actúa como interlocutor ante las administraciones, además de promover el desarrollo sostenible, la modernización de las infraestructuras y la promoción internacional del golf español.
La AECG ha sido una de las impulsoras del reciente estudio sobre el impacto del turismo de golf, y desde su creación trabaja para garantizar que el sector sea competitivo, rentable y respetuoso con el medioambiente. En sus palabras, el turismo de golf no solo es una actividad deportiva, sino “un generador de empleo, riqueza y valor estratégico para el modelo turístico del país”.

Mirando al futuro
España se encuentra en una posición privilegiada para seguir liderando el turismo de golf en Europa, pero el futuro exigirá adaptabilidad, inversión e innovación. Mejorar la percepción de la relación calidad-precio, renovar instalaciones y mantener la excelencia en el servicio serán claves para mantener la fidelidad de los visitantes actuales y captar a los nuevos.
El golf, más que un deporte, se ha convertido en un activo estratégico para el turismo español. Y en la competencia por atraer al viajero de alto nivel, cada golpe cuenta.
