La meteorología no entiende de tradiciones, y ni siquiera la majestuosidad de una flota de veleros centenarios pudo evitar que la DANA se convirtiera en protagonista inesperada del cierre de la XVIII edición de la Puig Vela Clàssica. La esperada jornada final tuvo que ser cancelada por motivos de seguridad, dejando congeladas unas clasificaciones que, sin embargo, premian dos días de navegación sobresaliente.
Desde el pasado 9 de julio, Barcelona volvió a vestirse de historia náutica al acoger una de las citas más emblemáticas del calendario mediterráneo. Un auténtico museo flotante compuesto por cerca de 400 regatistas y embarcaciones de más de diez nacionalidades distintas se dio cita frente al litoral barcelonés para competir por la gloria… y por la belleza.
Dos jornadas memorables y una decisión prudente
Las condiciones meteorológicas durante los dos primeros días fueron casi perfectas, con cielos despejados, vientos suaves y un espíritu deportivo que impregnó cada virada y cada ceñida. Pero la amenaza de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) cambió el rumbo del evento. A las 10:00 horas del sábado, el comité de regata, liderado por Pere Sarquella y con el asesoramiento técnico de Enric Agud, comunicó la cancelación definitiva de la jornada ante la alerta naranja y la previsión de condiciones peligrosas en alta mar. Una decisión unánimemente aceptada por los participantes, que priorizaron la seguridad sobre la competición.
Los vencedores
Así, sin nuevos parciales en juego, la clasificación general quedó sellada con los resultados del viernes. La entrega de premios, celebrada a las 11:30 h en el Real Club Náutico de Barcelona, contó con la presencia de Xavier Bach (COO de Puig), Jordi Puig (presidente del RCNB), Sergi Cadenas (vicepresidente de la Federación Catalana de Vela) y Pablo Garriga (comodoro del club).
Los grandes vencedores de esta edición son:
• Big Boats: Mariska, que se impuso al Hallowe’en y al Star Sapphire of London.
• Clásicos 1: Yanira, que inscribe su nombre por quinta vez en el palmarés, por delante de Nerissa y Kahurangi.
• Clásicos 2: Clarionet, que resistió el empuje del Kanavel y dejó tercero al Sea Fever.
• Época Bermudian: Amorita, que se adelantó al Argyll y al Falcon.
• Época Cangreja: Le Temps Perdu, vencedor frente a Scheherazade y Freda.
• Modern Classic: Stiletto, que superó al Legolas y al Melbac, pese a una clasificación final ajustadísima.
Además, Mariska y Yanira fueron reconocidos con el Trofeo Enric Puig, galardón reservado a las embarcaciones más destacadas bajo pabellón español.
Un final en seco para una edición en alto
La frustración por no poder ver culminados algunos duelos prometedores -como el pulso a tres bandas en Modern Classic o la posibilidad de remontada del Kanavel- queda compensada por la altísima calidad deportiva y estética de esta edición. Las aguas de Barcelona volvieron a demostrar que la vela clásica no es solo una disciplina, sino un lenguaje que une tradición, elegancia y espíritu competitivo.
La XVIII Puig Vela Clàssica se despide con la promesa de volver, de volver a soltar amarras, a desplegar velas… y a enfrentarse al viento, venga de donde venga.