Google ha anunciado el inicio de un ambicioso proyecto tecnológico: la construcción de “Sol”, un nuevo cable submarino que conectará directamente Estados Unidos con España, pasando también por las islas Azores y Bermudas. Este será el segundo cable de la compañía que une ambos países, tras el despliegue del ya conocido Grace Hopper.
El nuevo cable partirá desde Palm Coast, en el estado de Florida, y llegará a Santander, en el norte de España. La instalación en tierra española será realizada por la empresa Telxius, especializada en infraestructuras de telecomunicaciones.
Sol contará con 16 pares de fibra óptica, lo que permitirá una mayor capacidad de transmisión de datos entre los dos continentes. Esta infraestructura no solo servirá para ofrecer una conexión más rápida y estable, sino que también será clave para soportar el crecimiento de servicios en la nube y de inteligencia artificial, sectores que están en constante expansión.
Uno de los grandes beneficios de este nuevo cable será la reducción de la latencia, es decir, el tiempo que tarda la información en viajar de un punto a otro. Esto mejorará notablemente el rendimiento de servicios como Google Search, YouTube, Gmail y especialmente Google Cloud, la plataforma que utilizan empresas de todo el mundo para almacenar y procesar datos.
Además, el proyecto fortalecerá la red de centros de datos de Google en Europa, en especial la región cloud de Madrid, conectándola de forma más eficiente con el resto de la infraestructura global de la compañía.
Aunque Google no ha confirmado la fecha exacta en la que Sol estará en funcionamiento, el anuncio ha generado gran expectativa. Si tomamos como referencia el anterior cable Grace Hopper, que fue anunciado en 2020 y entró en operación en 2021, es posible que Sol vea la luz en un plazo similar.
Este tipo de inversiones demuestra la apuesta firme de Google por mejorar la conectividad global y por crear una red de internet más rápida, estable y preparada para los desafíos del futuro digital. Con Sol, la distancia entre América y Europa será un poco más corta… al menos en términos tecnológicos.
