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After, la agencia de Risto Mejide y Marc Ros, cumple 18 años: una celebración de creatividad, IA y ambición global

El Esfèric de Barcelona, un edificio casi centenario que albergó un pabellón científico en la Exposición Internacional de 1929 y más tarde una cervecería de DAMM para los visitantes del Parque de Atracciones de Montjuïc, este jueves 3 de julio, ese espacio –que tiene una arquitectura muy singular– fue el escenario de la celebración del 18º aniversario de After.

La agencia creativa, fundada por Risto Mejide y Marc Ros, marcó su mayoría de edad con una conferencia-fiesta que reunió a sus casi 100 empleados que forman parte de la empresa en España de tres oficinas (Barcelona, Madrid y Valencia), varios directivos de Dékuple –el grupo francés con presencia internacional del que After forma parte– a una especialista destacada en IA.El evento en Montjuïc fue tanto un guiño a los humildes orígenes de la agencia como una audaz declaración de sus ambiciones globales.

Un comienzo humilde, un viaje audaz

En 2007, After nació con poco más que un sueño y cuatro mesas de IKEA de 60×100 cm, unidas para formar un modesto espacio de trabajo de dos metros cuadrados. “Caer en recuerdos, en la melancolía un ratito está bien, permanecer en ella no”, comentó Risto Mejide durante el evento, con un guiño irónico a los orígenes austeros de la agencia. 

Esa breve mención a la multinacional sueca fue la única mirada larga al pasado que Mejide y Ros se permitieron, prefiriendo centrarse en la evolución de After: de un startup en Barcelona a una de las principales agencias creativas independientes de España, y clientes como Mercadona, MediaMarkt, Aperol y Naturgy. En diferentes momentos de esta historia de cerca de dos décadas.

Mejide, siempre carismático, compartió el principio que define la filosofía de After: “Soy ateo. Pero ateo… militante, aunque hay una cosa en la que siempre he confiado: en la gente que tiene alma, muy por encima de otros valores y muy por encima de la economía, de ganar mucho dinero”.

Este enfoque en la pasión y el compromiso humano ha sido el motor de la agencia desde sus inicios, como cuando regalaban pijamas a sus primeros clientes para que “durmieran simbólicamente con ellos”, simbolizando una dedicación absoluta a sus necesidades.

Crecimiento sin deudas y con riesgo calculado

Marc Ros, cofundador junto a Mejide, destacó cómo After siempre evitó endeudarse o hipotecarse “para evitar peligros”. En su lugar, apostaron por un modelo innovador: el “fondo de creatividad riesgo”, donde la agencia compartía riesgos y beneficios con los clientes en busca de resultados audaces. “Hace 18 años te podías pasar tres meses intentando darle sentido al color de la ropa del protagonista de un spot… y ahora con una llamada de poco más de 10 segundos pones un programa de TV en marcha”, bromeó Mejide, ilustrando cómo la industria ha evolucionado y cómo After ha sabido adaptarse con agilidad. 

La integración con Dékuple, anunciada en mayo de 2025, marca un hito en esta trayectoria. La unión con el grupo francés, con presencia en Europa, China y Estados Unidos, abre un abanico de oportunidades para After. Durante el evento, algunos empleados ya soñaban con trabajar en las oficinas de París, Asia o América, entusiasmados por el alcance global que esta alianza promete.

Anna Roca, directora general, y Toni Tugores, director creativo, respondieron preguntas sobre la integración, subrayando las mejoras en el negocio y la internacionalización como pilares clave para el futuro.

La IA como aliada, no como amenaza

El encuentro dedicó una sesión destacada a la inteligencia artificial, un tema candente en la industria publicitaria. La estrella de esta parte fue Laia Grassi, cuya empresa de creatividad por IA, Sandia, se ha integrado en After. Grassi brilló al explicar cómo la IA acelera la producción de campañas sin comprometer la confianza del cliente. “Se lleva a cabo mucho más rápido, aunque del mismo modo se trabaja la confianza del cliente, para que sepa que está en manos una boutique profesional”, afirmó. Sus videos impactantes ilustraron nuevas formas de entender la creatividad, desmontando temores sobre la IA. “No ha de existir miedo a la IA”, insistió, subrayando que la tecnología es una herramienta para potenciar, no reemplazar, la creatividad humana.

Grassi destacó campañas propias que combinan la precisión de la IA con un enfoque artesanal, demostrando que After sigue siendo una “boutique” profesional en un contexto tecnológico. Su presentación resonó con la filosofía de la agencia: “Trabajamos para una sociedad que quiera que existamos”, una frase que los directivos repiten desde el principio y que refleja su compromiso con un impacto positivo y relevante.

Antes de finalizar, turno para Marta Pérez, directora general Financiera y Operaciones y Jordi Durán, Director General Clientes, que hablaron de las personas, que al final es lo que sustenta After y posibilita haber cumplido 18 años.

Un futuro global y tecnológico

La integración con Dékuple, que incluye agencias especializadas en datos y creatividad, posiciona a After para liderar en un mercado cada vez más tecnológico. La IA, como se destacó en la tarde de ayer, será clave para optimizar estrategias, personalizar campañas y mantener la relevancia en un entorno competitivo. El evento no solo celebró los 18 años de After, sino que marcó un punto de inflexión, algo que, como reconocieron los directivos, ocurre casi cada temporada con novedades de peso.

Con Dékuple como aliado, After no solo abraza su mayoría de edad, sino que se proyecta como un actor clave en la revolución tecnológica de la publicidad.

El Esfèric fue testigo de una noche donde After celebró su historia y miró con audacia al futuro. La integración con la multinacional parisina y el enfoque en la IA, liderado por figuras como Laia Grassi, muestran que la agencia está lista para conquistar nuevos mercados sin renunciar a su alma creativa. Como dijo Mejide, “la gente con alma” siempre estará por encima de todo, y en esa convicción, después de que que en 2025 ha alcanzado los 18, encuentra la fuerza para seguir creciendo.