En España, la jornada intensiva es algo que solo se relaciona con la época estival, y que al finalizar el verano, desaparece. Ahora nos planeamos, ¿creéis que beneficiaría a los empleados y a la empresa mantener el horario intensivo durante todo el año? A continuación os mostramos los “pros” que tendría esta jornada si fuera anual.
1. Se harían menos descansos y aumentaría la productividad. ¿Por qué?
– Los trabajadores querrían acaban sus tareas para irse al final de la jornada intensiva, y no tener que quedarse por la tarde
– Al pensar que queda menos tiempo para terminar, las personas no se sienten psicológicamente tan casnadas. La etapa final de la jornada les empuja a obtener mayor productividad.
2. Los trabajadores obtendrían un mayor equilibrio vida – trabajo. ¿Por qué?
– Las familias con niños podrían disfrutar de más tiempo con sus hijos, e incluso ahorrar dinero en cuidadores o actividades extraescolares.
– Muchos podrían comer en su casa, lo que les permitiría una dieta más equilibrada y en algunos casos, reducir gastos. Ya que con la jornada partida muchos empleados tienen tendencia a comprar comida rápida para acabar cuanto antes.
– Se permite a los empleados poder realizar otros trabajos o tareas a la tarde. Y no solo eso, favorece la felicidad de los trabajadores, que tendrán mayor posibilidad de realizar sus hobbies o pasatiempos.