Tienes una idea en la que no puedes parar de pensar: te acuestas pensando en cómo iría tu idea y te levantas con ella. Sin duda alguna la motivación es un grado que ya has alcanzado.
Tienes soluciones incluso para los peores problemas: en este caso eres resolutivo, la cualidad más valorada por los jefes y la que mejor te hará cuando tú seas el tuyo propio.
Estás en una perfecta posición: buen momento, buen lugar y rodeado de la gente correcta. Es una combinación que no has de menospreciar, ¿cuándo tendrás esta oportunidad de nuevo?
Esta es tu pasión. La idea a la que hacía alusión antes es lo que más te llena. Encuentra lo que te gusta hacer y jamás trabajarás de nuevo. Pues eso.
Has nacido para ser un emprendedor. ¿Te dice tu entorno que tienes un olfato especial para los negocios? Usa este instinto para hacer algo grande.
Tienes años de experiencia a tus espaldas. Además de las ganas, la experiencia es un grado que jamás olvidarás. Si combinas las ganas con la experiencia el resultado será un éxito asegurado.
Estás recién graduado. Te encuentras en un dulce momento de éxtasis y estás dispuesto a hacer algo que posiblemente no hagas en 3 o 4 años. Así que aprovecha este momento de adrenalina y motivación para llevar a cabo tu sueño empresarial.