Forbes House, el club privado y exclusivo de Forbes España, ha acogido este martes la Business Pride 2025, un encuentro en el que un destacado cuadro de ponentes de diferentes empresas que forman parte del colectivo LGTBI se han dado cita para charlar sobre Liderazgo LGTBIQ+ en el Mundo Empresarial: Innovación, Inclusión y Futuro.
Esta jornada, que ha estado patrocinada por AstraZeneca, CBRE, Danone, Kyndryl y Optimum Health, ha reunido a líderes empresariales de renombre que han compartido sus experiencias y perspectivas sobre cómo la identidad LGTBQ+ ha influido en sus trayectorias profesionales y en la cultura corporativa.
Carlos Martínez Soto, VP country manager Spain & Portugal de Paramount, ha moderado la mesa redonda formada por Rick Suárez, CEO de AstraZeneca; Violeta Fabé, VP & managing partner de Kyndryl; Alicia García, responsable de Arquitectura Técnica de BBVA; David García Núñez, miembro de la junta directiva de Redi y director de Comunicación de FCC, y Vicenç Àlvaro, director de Marketing, Comunicación y Estrategia de Candidato de ManpowerGroup España y miembro de su comité de dirección.
Suárez ha comenzado explicando que pensaba que cuando empezase a trabajar sería diferente, pero no fue así: «Cuando llegué el primer día al trabajo me dijo mi compañera que no me podía poner una camisa salmón. ‘¿Tú sabes que te van a decir? Que eres gay’, y le dije ‘lo soy’. Ahí terminó la conversación. Desde ese momento, en mi carrera fui quien soy y me dije ‘El día que llegue a una posición desde la que pueda cambiar las cosas, lo voy a hacer«.
El directivo también ha subrayado que «debemos siempre asegurarnos que estamos cuidando el entorno, lo que va mucho más allá del colectivo», matizando que «tenemos que cuidar, cuidarnos y a los miembros de la empresa también para que sean 100% ellos y su éxito sea también del 100%».
Además, ha dicho que, desde el punto de vista del empleado, «se tiene que retar a las empresas, a los departamentos de recursos humanos», porque, en su opinión, «si somos miembros y no nos mojamos, ¿para qué somos miembros?; y que lo primero es «educación, todos tenemos valor, los niños son el futuro y tenemos que educar«.
Para Fabé, su identidad ha sido más un «reto» que un «obstáculo», porque ella misma se lo imponía. «Cuando llegué a la empresa en 2005, supuestamente no había nadie del colectivo, lo que me hizo estar escondida. Empiezas a mentir, te da miedo porque en los ascensores hay bromas. No sabes a quien le dices las cosas. A mí me afectaba en mi bienestar, en mi productividad, en mi rendimiento… Pero luego, cuando me fui a Estados Unidos, decidí darme a conocer. Entonces empecé a sentirme bien, a ser más activista, me liberó. Mi activismo me empoderó y me ha hecho ser un activo más importante para la compañía».
«Como empresas, tenemos mucha influencia en la sociedad. La cultura de mi compañía es la de realmente participar. Cambian leyes o intentos de leyes y como lo trata la empresa da un mensaje al exterior. Los tiempos evolucionan, las compañías también», ha resaltado la directiva.
García ha dicho que su identidad no ha afectado a su trayectoria profesional, que ha seguido creciendo dentro de empresa y que la entidad financiera le ha dado «una plataforma desde la que hablar de las personas ‘trans’ en el mundo laboral».
En su opinión, «los grupos RG tienen doble objetivo: por un lado, formar una comunidad, apoyarnos en momentos difíciles». En este sentido, García ha contado que tuvo que retar a un superior, le dio miedo, pero antes de ello lo habló con compañeros del RG para coger valentía para hablar con él. El otro objetivo es «decirle a la empresa cuáles son las necesidades del colectivo, porque, si viene la compañía y te dice ‘voy a hacer esto’, puede que a mí no me ayude en nada».
En la misma línea, García ha defendido que «tenemos mucho desarrollo normativo y legal que ha ido reconociéndonos como personas, está muy bien, pero nos faltan cosas, sobre todo visibilidad para reducir ese ‘divorcio’ entre personas que son del colectivo y las que no lo son para saber cuál es nuestra situación».
García Núñez cree que «se me tiene que valorar por los resultados que doy dentro de la compañía, no por a quien amo«. En este sentido ha puntualizado: «Si mi departamento funciona, el terreno personal tiene que estar en segundo plano. Los resultados tienen que valorar tu forma de trabajar».
Asimismo, ha defendido que: «La fiscalía tiene que actuar rápida y eficientemente ante delitos de odio y, también, ante grupos políticos que faltan el respecto al colectivo en el Congreso. Sensibilización. Si no somos capaces de sensibilizar al conjunto poblacional tenemos un problema. Redi son pequeñas y grandes empresas y todos sumamos. Creo en el papel de los directivos y de las personas, y mucho más en el de los aliados. Es importante que los aliados que no forman parte del colectivo, formen parte del colectivo sin ser del colectivo. Sobre todo, la parte joven. La sociedad va a evolucionar, y soy un firme convencido de que la polaridad acabará disminuyendo«.
Àlvaro ha manifestado que todavía hay personas en las empresas «que no se sienten bien en el entorno del trabajo» y que ser del colectivo «es un reto adicional». «Cuando expliqué que formaba parte del colectivo me quité ‘un peso’ de encima, pero tienes que justificarte. Hoy en día quizás ha cambiado un poco, pero hay casos que se juzgan por la apariencia», ha puntualizado.
El directivo también ha explicado que del último estudio que han presentado se desprende que hay un incremento de la polarización. Y detalla: «Lo más preocupante es la diferencia que hay entre un colectivo y otro. Las franjas antes eran cercanas, ahora hay 60 puntos de diferencia, lo que quiere decir que la percepción de una persona del colectivo y una que no forma parte dista mucho. La cosa está complicada, porque es muy difícil poner cosas en marcha cuando tenemos los puntos de vista tan alejados».
Por último, Álvaro ha dicho: «En un momento de turbulencias políticas son las empresas las q están aguantando porque conocen el valor de la diversidad, y se inventan excusas para seguir apostando».
Ser altavoz
Ignacio Quintana, CEO de FORBES, ha concluido esta jornada poniendo de manifiesto que «queremos ser un altavoz». El directivo ha matizado que «esta es una primera piedra» que vamos a seguir construyendo y que en este encuentro «se han dicho cosas interesantísimas», por lo que «ojalá dentro de unos años lo que hoy parece un hecho singular, tienda a la normalidad».
«Creo que tenemos todavía que construir mucho más. Estamos en un mundo que no nos lo está poniendo fácil. La lucha nos hace tener que estar en estas jornadas«, ha finalizado Quintana.
