En lo más remoto de Tarifa, donde el Mediterráneo se funde con el Atlántico y la brisa africana perfuma las dunas, Marbella Club desvela su joya mejor guardada: Villa Punta Paloma, una exclusiva residencia privada pensada para quienes buscan desconectar sin renunciar a lo excepcional. A solo una hora de su icónico hotel en la Milla de Oro de Marbella, esta villa redefine el concepto de escapada de lujo: intimidad, naturaleza, diseño y hospitalidad cinco estrellas en un entorno virgen.

Naturaleza, arte y diseño en equilibrio perfecto
Situada en la cima de un acantilado con acceso directo a la playa, Villa Punta Paloma combina la estética rústica de Tarifa con toques de inspiración balinesa y el sello inconfundible del Marbella Club. Piedra local, techos de pizarra, textiles artesanales y piezas de firmas como Pierre Frey, Casamance o Libeco visten los cinco dormitorios, seis baños y amplios salones conectados al exterior por grandes ventanales y plataformas de madera.
El entorno es protagonista: vistas panorámicas al Estrecho, el sonido del mar y una luz natural que inunda cada rincón. En el exterior, jardines privados, piscina, sauna, cine, huerto ecológico y una zona fitness entre palmeras completan la experiencia. Todo cuidado al detalle, desde los aromas personalizados hasta las amenities de la marca vegana Votary.
Hospitalidad personalizada y experiencias a medida
Cada estancia está acompañada por un Villa Host exclusivo, conocedor de la región y dedicado a hacer de la experiencia algo único: desde organizar excursiones a caballo, reservar en los chiringuitos más auténticos o impartir sesiones privadas de yoga aéreo, hasta coordinar cenas bajo las estrellas con productos del huerto local. Además, el desayuno diario corre a cargo del equipo de Helena’s Kitchen, referente gastronómico en Tarifa, y se puede contar con chefs y expertos del Marbella Club para eventos o celebraciones privadas.

De la aventura a la contemplación
El enclave ofrece lo mejor de ambos mundos: adrenalina y silencio. Kitesurf, windsurf, senderismo en el Parque Natural del Estrecho, avistamiento de aves y cetáceos o escapadas culturales a ruinas romanas y pueblos blancos como Vejer o Zahara. Incluso Tánger está a solo 30 minutos en hidroala. Pero también es un refugio para contemplar el atardecer en una hamaca entre palmeras o dejarse llevar por el ritmo lento del sur.
El Mirlo: sabor gaditano con sello Marbella Club
A pocos pasos de la villa, El Mirlo, el restaurante más relajado del Marbella Club, completa esta experiencia con sabor a mar. Reabierto esta temporada, apuesta por una cocina de producto liderada por el chef Santiago Guerrero, donde el atún rojo de almadraba, los arroces y los mariscos frescos son los grandes protagonistas. Su ubicación, entre dunas y pinares, y su ambiente informal lo convierten en el plan perfecto para tardes sin prisa y cenas bajo las estrellas.
Una villa para vivir el lujo con los pies descalzos
Villa Punta Paloma no es solo una casa de vacaciones: es una declaración de intenciones. Pensada para viajeros exigentes que buscan un lujo sin estridencias, inmerso en la naturaleza, con servicios de primer nivel y una filosofía que celebra la autenticidad del sur. Un nuevo icono del estilo de vida mediterráneo —libre, sosegado y elegante— que lleva la firma de Marbella Club.

