El diseño de esta especial de sonda marina ha evolucionado mucho en los últimos años hasta adaptarse a unas condiciones óptimas reales de navegación medirá en total 58 metros, unos 27 sobre el nivel del mar y unos 31 por debajo de éste divididos en seis niveles diferentes.
El buque está inspirado en las experiencias del famoso explorador del mundo marino Jacques-Yves Costeau y del oceanógrafo Jacques Piccard, así como en el famoso libro de Julio Verne, 20.000 leguas de viaje submarino.
Además, este barco-plataforma tendrá capacidad en su interior para albergar otros vehículos y aparatos de exploración que trabajarían en el fondo del mar mano a mano con los investigadores marinos que vivirán en su interior.
La composición del barco a partir de Sealium, que es un aluminio reciclable creado especialmente para ambientes marinos, ayudará a generar la electricidad suficiente para suministrar a los investigadores que vivan dentro.
Apodado “Centinela del océano”, este barco costará alrededor de 35 millones de euros, de los cuales ya ha recaudado el 70% gracias al crowdfunding y a los numerosos seguidores que ha acumulado, incluso entre la élite de las multinacionales, léase, Rolex, DCNS, la NASA y National Geographic.
El barco pudo comenzar a construirse en la primavera de 2014, pero gracias a este empujón económico está cada vez más cerca de ser una realidad. Su creador, Jacques Rougerie, espera que algún día exista más de un SeaOrbiter y esto se creando una “red de centinelas”.