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Errores que sabotearán tu negocio sin que te des cuenta

Un enfoque obsesivo con la rentabilidad: vale, los beneficios son el objetivo del negocio, pero obsesionarse con ello pasará factura con tus clientes y sus relaciones con la empresa. Un consejo es cuidar el factor humano en tu empresa.

El exceso de confianza: esta virtud es vital para emprender, pero un exceso de ella hará que te confíes y que la velocidad te traicione. No subestimes el ritual necesario a la hora de abrir un negocio.

Creatividad mal enfocada: la falta de atención o la existencia de demasiadas ideas pueden llevar por un mal camino la creatividad abundante de tu equipo. Un consejo es que limites y sesgues tus objetivos.

La necesidad de control: todos los empresarios la tienen, y es necesaria el inicio, ya que cuando el negocio se expande se hace imprescindible delegar responsabilidades en profesionales encargados de cada sector.

Una delegación ineficaz: la plantilla del equipo es la clave del éxito, pero quizás los profesionales necesiten un tiempo de adaptación y aprendizaje. Por ello, delega cuando sea necesario.

Aceptar que algo no funciona y no temer al cambio: incluso la tenacidad y el buen hacer pueden ser malos si el empresario se tuerce testarudo. Mide tus metas y proyectos regularmente para saber si algo ha de cambiar. Y hazlo.

La “miopía profesional”: muchos empresarios se enamoran de su producto y no saben ver más allá. Una objetividad que le brindará un buen equipo de empresa será la solución.

Unas redes ineficaces son tu peor enemigo. Ya sabemos lo importante que son las relaciones y el networking, pero de qué te sirve crear vínculos si estos no pueden aportar un bien a tu empresa.
Los empresarios de éxito tienen una imagen positiva de sí mismos, lo que refuerza sus opiniones y puntos de vista. Evitar otros distintos será un error garrafal que a largo plazo les costará el negocio.