Las gafas de sol no son solo un complemento estético, también cumplen un papel en la salud. Protegen frente a la radiación ultravioleta (UVA y UVB), que puede causar daños en la retina e incluso favorecer la aparición de cataratas. Además, estas gafas también rodea los ojos, una zona muy sensible y vulnerable al sol.
No todas las gafas de sol ofrecen el mismo nivel de protección. Existen cinco categorías, del 0 al 4, que indican su capacidad para filtrar la luz.
- Categoría 0: para ambientes con poca luz, más decorativas que protectoras.
- Categoría 1: adecuadas para días nublados o uso urbano con luminosidad baja.
- Categoría 2: pensadas para días soleados y deportes moderados al aire libre.
- Categoría 3: ofrecen alta protección, recomendadas para playa o montaña.
- Categoría 4: bloquean una cantidad muy elevada de luz, indicadas para actividades de alta montaña o acuáticas, pero no aptas para conducir.
El paso del tiempo, el calor y otros factores externos pueden desgastar las lentes. Cuando se rayan o pierden parte del filtro protector, dejan de ser eficaces frente a los rayos UV. Esto puede causar lesiones en estructuras internas del ojo como el cristalino o la mácula, responsables de la visión central.
Las gafas de sol tienen una vida útil. En condiciones normales, su capacidad de protección se mantiene entre tres y cuatro años. Por ello, se recomienda realizar revisiones oftalmológicas anuales, no solo para controlar el estado de la vista, sino también para comprobar la efectividad de las gafas que usamos.
Para preservar su eficacia, es fundamental cuidarlas correctamente. Se aconseja guardarlas en fundas rígidas si no se usan a diario, limpiarlas con productos específicos o jabón neutro y con una gamuza adecuada, y evitar dejarlas expuestas al sol o a altas temperaturas. También es importante conservar su forma original y evitar que se doblen.
La durabilidad de las gafas de sol depende en gran medida de los materiales con los que están fabricadas. Optar por lentes homologadas en establecimientos especializados garantiza que cumplen con las normativas de protección. Usar gafas de baja calidad puede provocar daños graves e incluso agravar enfermedades oculares preexistentes.
