No hay empresa sin marketing, sin publicidad, sin expansión. Porque en un tejido empresarial tan competitivo, diferenciarse y tener un altavoz que intensifique su mensaje es esencial. No obstante, lo que para unas es una partida adicional, para otras supone un gran desembolso. Hablamos de las pymes, pequeñas empresas que quieren crecer y encuentran en esta área una frontera por la que pasar para poder desarrollarse. Sin embargo, empresa como ómibu han dado un golpe sobre la mesa para estar con ellas, ayudarlas y ser su gran aliado. Así lo sentencia Aadel Hamad, CEO de esta compañía de marketing que se ha posicionado como un estandarte en el sector gracias a sus conocimientos a una temprana edad que ha dado mucho de que hablar. Tanto es así que no son pocas las conferencias en las que participa y personas que se acercan a preguntarle por las claves para hacer de una mera campaña, un éxito empresarial. Sobre ello hablamos en Forbes con él, quien, asimismo, lo tiene claro: «Existe un gap en el mercado».
Se consideran como los grandes aliados de las pymes. ¿Por qué?
Sí, porque somos los únicos con foco en ayudar a las pymes. Existe un gap en el mercado: No hay una empresa líder para atender con calidad a las pymes en marketing digital. Y, si te paras a pensarlo, es de los pocos sectores donde no es así. En alimentación tenemos a Mercadona, en telefonía Movistar, en cafés Saimaza… y así con todos. Hacemos alcanzable para una pyme un marketing digital que nunca hubiera podido contratar. Les hacemos alcanzar sus objetivos y ganar dinero.
¿Cuáles son las claves de un modelo tan rompedor con la tónica del sector?
Tres razones. Primero, ofrecer una gran calidad (resultados) a un precio que pueda pagar una pyme gracias a la estandarización e industrialización de procesos. Segundo, estar presentes físicamente cerca del cliente. Estamos desarrollando una red de oficinas por toda España. Tercero, ofrecer un servicio integral y con un equipo propio.
Para una pyme siempre es un esfuerzo contratar servicios externos, más si cabe si se trata de un sector tan competitivo como el marketing. ¿Qué valor diferencial aportáis a un mercado tan competitivo?
Buena pregunta. Siempre digo lo mismo, una empresa del IBEX no se ‘queja del marketing’, de hecho invierten de media entre un 5-15 por ciento de su presupuesto en ello, pero las pymes siempre se están quejando. ¿Por qué? Pues porque estas últimas no tienen a su alcance proveedores fiables. Así de sencillo. Nuestro valor aportado es una forma de trabajar, un equipo, una filosofía y unos casos de éxito que garantizan: honestidad y mejor resultado posible en base a tu inversión.
Aunque estén centrados en pymes, ¿cuentan en su cartera de clientes con alguna gran cuenta confesable?
Sí, efectivamente nuestro modelo se centra fundamentalmente en dar servicio a SMB (small & medium business), entendiendo una pyme como un gran abanico de empresas entre 300.000 € – 80M anuales. Pero también tenemos un equipo específico de ómibu centrado en gran empresa o enterprise business. Entre otros, tenemos en nuestro porfolio clientes como el Granada CF, PwC o GHD.
Dicen que uno de sus puntos fuertes es la industrialización de procesos. ¿Cómo lo hacen?
Correcto. Es sencillo, después de haber trabajado en +1.000 proyectos de diferentes sectores, hemos identificado las buenas prácticas en según qué tarea, sector y actividad. Esto, lo hemos desgranado, documentado y traducido a procesos junto a tecnología para que todos los productos y servicios que salgan de ómibu lo hagan en base a esas best practices.
Además, muestra del crecimiento que estáis teniendo, habéis abierto vuestra primera sede en Madrid, ¿verdad? ¿Cómo se ha llegado hasta este punto y qué esperáis de este paso adelante?
Sí, abrimos nuestra oficina en enero de 2025 en calle Velázquez. Tenemos claro que para poder dar el mejor servicio posible hay que estar cerca del cliente, físicamente. Por ello, tenemos un plan de apertura de oficinas por toda España. Queríamos fijar nuestra marca en el corazón empresarial del país.
Una de las claves de cualquier proyecto es el equipo humano, ¿qué aspectos habéis cuidado a nivel de equipo en vuestra apertura en Madrid?
Efectivamente, siempre que abrimos sucursal en una ciudad procuramos hacerlo contando con perfiles top de dicha localidad. En el caso de la sucursal madrileña, tenemos la suerte de contar en el cap table con dos grandes influencers a nivel nacional: Javier Cabello (ciudadano alternativo en Instagram) como área manager y Marta Soriano como especialista en redes sociales y creación de contenido.
¿Cómo ven el mercado madrileño?
La realidad es que nos está acogiendo extraordinariamente bien. Nos decían que iba a ser difícil porque hay mucha competencia, sin embargo podríamos decir que estamos teniendo la mejor acogida que nunca hemos vivido, seguro que porque la propuesta de valor que ofrecemos no existía aquí. Ya contamos con ocho personas en Madrid.
Madrid es una localización, ¿pero tenéis más aperturas a la vista? ¿Cómo se prevé la expansión de ómibu?
Actualmente tenemos presencia en Granada, Madrid y Santander (apertura próxima), y con previsiones de cerrar el año con nueva sede en Málaga. El próximo año tenemos el reto de duplicar nuestra red de oficinas a nivel nacional.
En su caso, compatibiliza sus funciones como CEO de ómibu con las de conferenciante, entre otros. Así que hablemos de MK. ¿Qué grietas encuentra en un sector tan relevante para el mundo empresarial?
La principal es la inmensa y poco cualificada oferta. Con esto me refiero a que, al ser un sector con tan pocas barreras de entrada, muchos emprendedores se animan a lanzarse en este mercado, muchos con buen atino y otros con poco, pero casi todos sin experiencia. Al haber más oferta, bajan los precios y la empresa tiende a contratar lo más económico. Esto hace que la experiencia general de las empresas con el marketing sea negativa. Aprovechando esta situación entramos nosotros como he explicado antes. De esta razón troncal podríamos sacar muchas ramas: falta de métricas en los resultados, falta de transparencia, falta de procesos o falta de formación por parte de los clientes.
Desde que empezó su carrera se ha considerado un emprendedor, por eso entiende mucho más a aquellas ideas que necesitan un empujón para poder desarrollar su proyecto. ¿Qué les diría?
Sí, he emprendido desde que tengo 18 años, y he pasado por todo tipo de proyectos. Incluso monté la granja de caracoles más grande de España (se ríe). Si tuviera que dar un sólo consejo sería: ‘el movimiento es vida’, siempre lo digo, hay que moverse, hay que tener acción, de ahí viene lo demás.
En ómibu tiene al cargo más de 50 trabajadores. ¿Cómo ha de ser el líder del futuro y qué ha aprendido del liderazgo en su empresa?
La realidad es que es muy difícil y exigente, sobre todo si quieres construir una marca con unos valores muy claros, se trata de ser coherente. En nuestro caso, nuestra promesa es ayudar a las personas siempre, nuestro lema es Todo es para bien. Así pienso yo, creo en que siempre hay que poner a las personas en el centro de tus pensamientos y, como líder, una de las mejores maneras de ayudar a tu equipo es con el ejemplo.
Además, en un proyecto tan exigente y ambicioso como el nuestro, hay que dar muy buen ejemplo, ser un referente, y es difícil hacerlo bien siempre. Así que diría que el líder del futuro debe ser una persona íntegra, con valores claros, que dé ejemplo y que sepa pedir perdón cuando se equivoque.
En su vitrina acumula múltiples nominaciones y premios, pese a su temprana edad. ¿Son un aliciente para seguir trabajando en la línea?
Realmente no. No lo digo por ‘quedar bien’, sino porque lo que realmente me hace vibrar es cumplir nuestro propósito y por lo que nos dejamos la vida diariamente todo el equipo: hacer llegar ómibu a todos los rincones, que toda empresa pueda tener una opción honesta y de calidad.
