1. Trabajan duro y pelean hasta el final
No creen en sentarse a esperar a lo que uno quiere conseguir. Creen en el trabajo diario, constante y obstinado por encima de todo. Han luchado y luchan muchísimo a pesar de las adversidades y la competencia para lograr mantenerse. No se rinden con facilidad y pelean hasta el último momento.
2. Tienen un referente en el que fijarse
Es buenísimo tener una persona como referente o guía en nuestra vida profesional. Una persona que nos permita tener claro qué es lo que queremos conseguir, a través de qué camino… Además si ese referente es alguien cercano al que podemos consultar y en el que nos podemos apoyar, muchísimo mejor.
3. No nacieron con éxito, se lo ganaron
Aunque naciesen en familias con una posición económica favorable, no todos lo han tenido fácil. Hay muchísimas personas que nacen en un seno familiar solvente y que no logran tener éxito por sí mismos.
4. Saben que caerse es bueno
Y que levantarse es aún mejor. Son conscientes de que las caídas son necesarias para alcanzar el éxito, las metas impuestas a lo largo de su vida. No se lamentan y se regocijan en su mala suerte, al contrario. Lo toman como una auténtica enseñanza.
5. Tienen metas definidas que alcanzar constantemente
No saben vivir sin tener nuevos objetivos a los que acercarse. No entienden el significado de la palabra conformismo. Sus metas son prioritarias en su día a día y no desisten hasta alcanzarlas.