Superhéroes, boxeadores y vampiros. Simples sustantivos que pueden conformar la trama de una de tantas películas de ciencia ficción. Sin embargo, para Ryan Coogler estas palabras comunes han significado mucho más. Directamente, le han convertido en uno de los directores más exitosos de todos los tiempos en la taquilla internacional -especialmente estadounidense-, y lo ha logrado con tan solo cinco películas. Con una recaudación total de más de 1.500 millones de dólares y un promedio por filme de más de 300 millones, ya ocupa el puesto 24 entre los directores más taquilleros, por encima de nombres consagrados como Zack Snyder, M.Night Shyamalan, Brad Bird o Todd Phillips.
El ascenso de Coogler no solo es meteórico, sino también culturalmente significativo. En 2018, Black Panther se convirtió en un fenómeno global al ser la primera película de superhéroes nominada al Óscar a mejor película, además de lograr la astronómica cifra de 1.382 millones de dólares en taquilla. Siete años después, su nueva cinta de terror, Sinners, ha sido aclamada por la crítica y ha conseguido excelentes cifras en taquilla, convirtiéndose en uno de los mejores estrenos de lo que llevamos de 2025 y con una recaudación de 300, 5 millones de dólares.
Cada una de las películas de Ryan Coogler ha sido un éxito rotundo, tanto en taquilla como ante la crítica. Su debut, Fruitvale Station, un poderoso drama sobre la violencia policial, recaudó 17,3 millones de dólares. Luego vino Creed, que con 173,6 millones a nivel mundial revitalizó la leyenda de la saga de Rocky. Y con Black Panther: Wakanda Forever, Coogler alcanzó los 859,2 millones de dólares, consolidando su dominio en el cine comercial.
A diferencia de muchos directores en el Top 25 de recaudación, Coogler ha alcanzado esta posición con un significativo menor número de películas. Mientras J.J. Abrams ha dirigido siete y Jon Watts seis, Coogler ha necesitado solo cinco, logrando además el segundo promedio de recaudación más alto por película en ese grupo selecto.
Con solo 38 años, Coogler ya ha dejado una huella imborrable en Hollywood. Más allá de los números, su obra representa una nueva era del cine, donde la representación importa, el riesgo creativo se premia y las historias pueden ser comercialmente exitosas sin perder la intriga Su carrera, sin duda, acaba de comenzar.