Este atípico verano se ha convertido en la ocasión perfecta para descubrir y redescubrir los rincones más mágicos de nuestro país. Realizar turismo este año dentro de nuestras fronteras se ha convertido tanto en una necesidad económica como en una responsabilidad sanitaria.
Ya seas de los que prefieren la desconexión de la montaña o de los que no conciben un verano sin costa, seguro que encuentras ofertas de lo más interesante dentro de nuestro país. En este caso, te proponemos estas playas con parques naturales, un auténtico disfrute para los sentidos.
Playa de la Torre del Loro en el Parque de Doñana (Mazagón, Huelva).
Esta playa de 3 kilómetros de longitud, 100 metros de anchura y poco oleaje es una de las que podemos encontrar dentro del Parque Natural de Doñana, uno de los enclaves más protegidos y reconocidos de España por su biodiversidad. El acceso a la playa no es sencillo y, gracias a ello, suele estar poco concurrida por lo que la tranquilidad está garantizada. Si caminamos por el entorno de esta playa semi virgen, de fina arena dorada, podemos encontrar acantilados de diferentes alturas como, por ejemplo El Asperillo, un acantilado arenoso que es Monumento Natural de Andalucía.
Playa de Guayedra en el Parque Natural Tamadaba (Gran Canaria, Islas Canarias).
Esta playa se encuentra dentro del Parque Natural de Tamadaba en la isla de Gran Canaria. Guayedra destaca por su biodiversidad, su fuerte oleaje y su impactante paisaje de barrancos y rocas escarpadas. Desde la playa, de piedra y arena negra volcánica, podemos disfrutar de impresionantes puestas de sol casi en soledad ya que el acceso a Guayedra solo puede hacerse a pie por el barranco o en vehículo todoterreno.
Playa de Valdearenas en el parque Natural de las Dunas de Liencres (Liencres, Cantabria).
Esta playa de 2,8 kilómetros de longitud se encuentra dentro del Parque Natural de las Dunas de Liencres, cuyas dunas están consideradas como unas de las más importantes del norte de España por su interés geomorfológico y sus particulares características ecológicas. Valdearenas no suele tener muchos bañistas gracias al entorno natural en el que se encuentra por lo que conserva su naturaleza y tranquilidad. Habitualmente, y debido a su orientación, esta playa de arena fina tiene fuertes vientos y un gran oleaje, lo que lo convierte en uno de los mejores lugares de la costa cantábrica para practicar deportes como el windsurf, surf o kitesurf.
Playa de Bolonia en el Parque Natural del Estrecho (Tarifa, Cádiz).
En el lado oeste de esta playa, ubicada en el Parque Natural del Estrecho en Tarifa, se encuentra la Duna de Bolonia, que ha sido declarada Monumento Natural, reconociendo la singularidad y belleza de esta increíble duna activa de más de 30 metros de altura. La playa de Bolonia mide casi 4 kilómetros y es una de las pocas playas vírgenes de nuestro país. Cerca de ella se encuentran las ruinas de la antigua ciudad romana de Baelo Claudia y, en su extremo oriental podemos disfrutar de unas impresionantes piscinas naturales.
Playa de Vilar en el Parque de las Dunas de Corrubedo (A Coruña, Galicia).
Para visitar esta playa de arena fina y dorada, tendremos que ir hasta el Parque de las Dunas de Corrubedo, que posee una duna móvil de más de un kilómetro de largo y 20 metros de altura en la que existe un interesante ecosistema. La playa de Vilar se encuentra en mar abierto por lo que suele tener fuerte oleaje y corrientes. No obstante, la tranquilidad está garantizada en esta playa que, junto con las playas de A Ladeira, Langoa, Anguieiro y Rio de Mar, conforma la playa más grande de A Coruña, de casi 4 kilómetros.