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Ibiza Gran Hotel: el arte de detener el tiempo

Nada como el remanso de paz que, tras la animada vida ibicenca, propone Ibiza Gran Hotel. Tras su reapertura todo está listo para que empiece una sinfonía de calma, belleza y excelencia. Situado en Marina Botafoch, con una vista privilegiada a Dalt Vila y al mar de Ibiza y Formentera, este cinco estrellas Gran Lujo —único en su categoría en la isla— se alza como un refugio para quienes entienden el lujo como un estado de ánimo: el lado sereno del placer.

Podríamos preguntarnos: ¿qué es el verdadero lujo? ¿Es el mármol de Carrara o las diferentes fragancias que acompañarán tu estancia? ¿Es una ducha de ensueño o el personal que presta atención a cada detalle? El equipo del Ibiza Gran Hotel lo tiene bien claro; la respuesta está en cuidar cada detalle. Así se construye el lujo silencioso que define a un hotel alejado de modas efímeras y centrado en una visión meditada del bienestar.

Espacios pensados para detener el tiempo

La arquitectura del hotel está articulada en torno a cinco elementos —tierra, aire, agua, cielo y vida—, dialoga con la luz mediterránea y con una colección de arte contemporáneo curada con sensibilidad. Una de sus piezas más destacadas se sitúa junto al lobby: una escultura de tres toneladas que homenajea a la posidonia oceánica, una obra que no solo decora, sino que además nos invita a reflexionar sobre la fragilidad, belleza e importancia de preservar el Mediterráneo.

En sus 187 suites, distribuidas en nueve categorías, el confort se expresa con materiales nobles y tonos terrosos que acarician los sentidos. Podríamos destacar la Gran Suite Dalt Villa: esta amplia y equilibrada habitación cuenta, además, con una gran terraza con piscina privada, vistas a Formentera y un vestidor a la altura. Las Pool Suites y Deluxe Suites completan una oferta que privilegia la privacidad, el espacio y una estética cálida y sin ostentación.

Una oferta gastronómica con alma local

No hay duda: Ibiza Gran Hotel también es un destino gastronómico por sí mismo.

La Gaia

Su buque insignia, el restaurante La Gaia, con una estrella Michelin y dos Soles Repsol, está liderado por el chef Óscar Molina. Su propuesta mantiene una relación cercana y genuina con la comunidad local de productores y con un comensal de paladar fino, ávido de cocina con verdad.

Dirige una cocina vista sobria y elegante, donde cada pase dialoga con el producto de temporada. El comensal asiste no solo a una cena, sino a una coreografía precisa de técnica y emoción.

El rediseño del espacio lo firma el reconocido estudio de Sandra Tarruella: un trabajo que ha transformado La Gaia en un entorno aún más armónico, cálido y sensorial. Inspirado en la arquitectura tradicional ibicenca, las fotos —auténticas joyas que dan la bienvenida al cliente— recuerdan que esta isla le debe también mucho al espíritu bohemio, moderno y tolerante de esta joya mediterránea.

Un desayuno de categoría

Si eres un groupie del momento del desayuno, presta atención: esto es una celebración. Frutas frescas de todo color y condición, una carta de panes excelente, tablas de queso para todos los gustos —incluyendo quesos locales como los de Ses Cabretes—, fiambres, ostras frescas, miel que cae directa de los panales criados por apicultores ibicencos y hasta repostería artesanal. Nada se improvisa; todo está pensado hasta el más mínimo detalle.

El nuevo Musa rinde homenaje al arte a través de sus cócteles

Su propuesta ofrece exquisitas bebidas en una atmósfera chic y refinada. Un espacio donde la mixología trasciende la técnica para convertirse en un lenguaje propio. Aquí, cada cóctel es una expresión artística, acompañada de una propuesta gastronómica divertida y sorprendente de la mano de su chef ejecutivo, Óscar Molina, y su Head Bartender, Daniel Martínez, quien diseña una colección de cócteles de autor como principio de veladas para recordar.

Bienestar de autor

El Open Spa, con 1.300 m², es un universo en sí mismo. Su circuito de aguas —bañado por luz natural—, las salas de tratamientos con productos orgánicos, las zonas de relajación al aire libre y un ambiente que restringe la afluencia de público para preservar la paz, conforman un concepto de bienestar integral. Todo está diseñado para el descanso profundo.

Su reforma, realizada el pasado año por el prestigioso estudio de Sandra Tarruella, aporta una nueva dimensión al espacio: cálido, envolvente y con la esencia minimalista del Mediterráneo que te brinda un momento de desconexión.

En resumen, Ibiza Gran Hotel es más que un alojamiento: desde su ubicación hasta su filosofía estética, desde su respeto por la tradición local hasta su mirada internacional, este hotel no busca sorprender, busca conectarte con el espíritu de la isla.