“Merezco ser feliz”
¿Mereces ser feliz o es que vas a hacer feliz a otra persona? ¿Estás seguro de que eso te dará la felicidad o es un capricho pasajero? Esta frase suele ser perfecta para justificar decisiones en las que participa más el corazón que la razón. A veces es necesario sufrir un poco para alcanzar la felicidad a largo plazo, piensa bien si lo que vas a hacer te va a hacer feliz unos meses o lo hará durante años.
“Prefiero pedir perdón que permiso”
Menos lobos, Caperucita. ¿Has pensado bien por encima de quién vas a pasar? Quizá levantar ampollas y crear enemistades no sea el mejor camino vital. A veces es mejor pedir permiso y vivir tranquilo que romper con todo y vivir arrepintiéndose. Antes de tomar una decisión drástica, piensa muy bien qué es lo que realmente te conviene. Quizá no valga la pena armar la marimorena y anteponer tu ego a tu tranquilidad.
“Sólo se vive una vez”
Ojo con los riesgos innecesarios. Las filosofía del “You Only Live Once” y el ya un poco demodé “Carpe diem” son muy bonitos, pero hay que ser realista. ¿De verdad te conviene hacer eso que estás pensando? A veces hay que pensar un poco en las consecuencias de nuestras acciones, especialmente en el terreno laboral. La vida personal y el entretenimiento ya son otro tema, ahí el YOLO es, casi, hasta necesario.
“Sólo estoy siendo honesto/sincero”
¿Honesto, sincero o cruel? Porque esta suele ser la típica frase que se dice después de haber arrasado con todo cual ola de fuerza desmedida. Piensa bien lo que dices y haces. Esta bien mirar por uno mismo, pero hay que tener en cuenta que los demás tienen sentimientos y herirlos tampoco es el camino hacia el éxito. Si tienes que ir pisando gente tardarás más en llegar a la meta, ten eso en cuenta.
“No me importa lo que piensen los demás”
Diagnóstico: has escuchado demasiado a Raphael y a Alaska. ‘Digan lo que digan’ y ‘A quién le importa’ son dos maravillosas canciones, pero esto es la vida real y seguro que algo te importa lo que digan los demás, especialmente en el ámbito laboral. Quizá te has armado de razones para increpar al jefe, pero si no tienes el apoyo de los compañeros igual luego lo pasas un poco mal… ¿A que en ese caso sí que te importa lo que piensen? Piénsalo.