1. Si crees que podrías haber explicado algo mejor de lo que lo has hecho, dilo en cuanto te des cuenta. No importa si habéis pasado a otro tema, espera a hacer un punto de inflexión o a cuando finalice la entrevista y puntualiza aquello que querías decir realmente.
2. ¿Llegas tarde? Mejor tarde que nunca… eso sí, pide disculpas las veces que haga falta y no te inventes excusas inverosímiles, créeme, es mucho peor. Es mejor mostrarse arrepentido y asegurar que jamás volverá a pasar.
3. No te preocupes por las apariencias si crees que con ellas has causado una mala impresión. No ibas peinado/a cómo te gustaría, crees que no lucías tu mejor aspecto o cara… bueno, son cosas que pasan, por eso no hay que disculparse. Pero si quieres que esta impresión física quede en un segundo plano, refuerza la seguridad en ti mismo. Verás como no lo tienen en cuenta.
4. Si cuando llegues a casa estás dándole vueltas a algo que crees que has hecho mal o que podrías haber especificado mejor, házselo saber al reclutador lo antes posible a través de un email. Muéstrate agradable, atento, respetuoso… y explica el porqué de tu email de forma pormenorizada.